El secreto para preparar las mejores croquetas de salmón que vas a probar

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Las croquetas de salmón son una deliciosa variante de un plato tradicionalmente apreciado en muchas culturas. Con una textura cremosa en el interior y una capa crujiente por fuera, estas croquetas combinan el rico sabor del salmón con ingredientes básicos para crear un aperitivo o plato principal que satisface tanto en sabor como en textura.

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Instrucciones para que queden riquísimas

  1. Preparar la masa de croquetas:
    • En una sartén grande, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la cebolla picada y el ajo, y sofríe hasta que estén dorados y translúcidos.
    • Incorpora la harina a la sartén y cocina, removiendo constantemente, durante unos 2-3 minutos. Esto formará un roux, que es la base espesa para la bechamel.
    • Poco a poco, añade la leche a la sartén, removiendo constantemente para evitar la formación de grumos. Continúa cocinando y removiendo hasta que la mezcla espese y tenga una consistencia suave.
    • Añade el salmón desmenuzado a la mezcla de bechamel, junto con sal, pimienta, nuez moscada y perejil picado al gusto. Remueve bien para combinar todos los ingredientes.
    • Cocina la mezcla durante unos 5-7 minutos más, removiendo ocasionalmente, hasta que esté bien espesa y se despegue de los lados de la sartén.
    • Transfiere la mezcla a un recipiente, cúbrela con film transparente y deja enfriar a temperatura ambiente. Luego, refrigérala durante al menos 2 horas, o hasta que esté completamente fría y firme.
  2. Formar y rebozar las croquetas:
    • Una vez que la mezcla esté fría, forma pequeñas porciones de la masa en forma de cilindros o bolas, según tu preferencia.
    • Bate los huevos en un bol y coloca el pan rallado en otro bol.
    • Pasa cada croqueta primero por el huevo batido y luego por el pan rallado, asegurándote de que estén bien cubiertas. Repite este proceso para todas las croquetas.
  3. Freír las croquetas:
    • Calienta suficiente aceite en una sartén profunda o en una freidora a 180°C.
    • Fríe las croquetas en tandas, evitando que se amontonen, hasta que estén doradas y crujientes por fuera. Esto debería tomar unos 3-4 minutos por tanda.
    • Retira las croquetas del aceite y colócalas en un plato forrado con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.