La Conferencia Episcopal Española (CEE) lamenta «profundamente la declaración de ruptura de la comunión con la Iglesia Católica» recogida en la carta de la abadesa del Monasterio de Hermanas Pobres de Santa Clara de Belorado (Burgos) del 13 de mayo y en el ‘Manifiesto católico’ del 8 de mayo.
Así lo ha expresado este jueves la Iglesia española, que respalda el comunicado del arzobispado de Burgos y del obispado de Vitoria y reafirma «la adhesión de la Iglesia que peregrina en España al papa Francisco, con la mano tendida a estas hermanas».
De esta forma, los obispos han manifestado que, al mismo tiempo que aprecian y agradecen «el don de tantas hermanas clarisas que viven en comunión con la Iglesia y la enriquecen en muchas diócesis de España», lamentan «profundamente la declaración de ruptura de la comunión con la Iglesia Católica» realizada por las Clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya).
Respecto al denominado ‘Manifiesto católico’ de las Clarisas, la CEE considera que «se corresponde con el que propugnan aquellos que niegan la validez del Concilio Vaticano II y son denominados ‘sedevacantistas'» y sostiene que «el texto parece inspirarse en los principios básicos de esta corriente y, concretamente, entronca con un grupo que es considerado una secta por varios expertos».
«El tono ofensivo y recriminatorio del manifiesto y de la carta, así como algunos términos –por ejemplo, el de la «sumisión» a un falso obispo y supuesto líder de una secta–, no son propios del modo habitual de comunicarse de estas hermanas, las cuales se manifiestan ahora públicamente no sólo en las palabras escritas de la abadesa, sino también en medios de comunicación abundando en expresiones confusas que parecen fruto de engaños«, han detallado los obispos.
A su juicio, los motivos de descontento aducidos en la carta «tienen vías de solución distintas de la determinación que en ella se expresa». Además, la CEE no encuentra «relación proporcionada ente las causas expuestas y la conclusión a la que se llega».
En este escenario, los obispos solicitan que «cada hermana del Monasterio de Belorado y Orduña, en el ejercicio de su libertad de conciencia, pueda expresar su postura ante la decisión que comunica la abadesa» ya que, según añaden, «de hecho, el desarrollo de los acontecimientos sugiere que no todas las hermanas suscriben la carta de la abadesa».
Igualmente, piden «la apertura de todas las hermanas de la comunidad al diálogo con obispos, sacerdotes, personas consagradas, hermanos y hermanas de la Iglesia Católica que, fieles a la verdad y en comunión con el papa Francisco, buscan el bien para este Monasterio y para cada hermana clarisa».
Finalmente, desean «poner estos acontecimientos ante el Señor Jesús, esperanza que no defrauda, como afirma el papa Francisco en la bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025«. «En virtud de nuestra misión de velar por y acompañar a la vida consagrada en España, nos comprometemos a seguir esforzándonos en trabajar por la comunión fraterna en la Iglesia; evitar posturas extremas y polarizaciones; incrementar el discernimiento espiritual en la vida cotidiana, personal y comunitariamente; crecer en la escucha a los hermanos a la luz del Espíritu Santo, como el camino sinodal indica, y cuidar las relaciones fraternas entre todos los miembros de la Iglesia», han subrayado.