Rebelión en el convento de las Clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya). Desde que tomaron la decisión de romper con el Vaticano, aunque ellas niegan haber roto con la Iglesia, su tutela y jurisdicción corresponde ahora a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, quien fue excomulgado en julio de 2019.
El revuelo es la comidilla tanto en el municipio y como en los alrededores, pero afecta también al obispo. Las propias monjas han mostrado en Instagram su mensaje, en el que aseguran permanecer en la Iglesia y que darán su versión de los hechos en próximos vídeos. «Paz y bien hermanos, estamos en la hospedería de San Damián, en el convento de Santa Clara de Belorado, nuestra casa», inicia la portavoz de las 16 ‘rebeldes’ de Belorado.
«Tenemos intención de comunicaros por las preocupaciones que nos llegan, que estamos bien, que nuestra realidad no es que estemos secuestradas lejos de nuestras familias», afirma la monja, quien reitera que continúan bajo el cobijo de la Iglesia Católica.
UNA CONGREGACIÓN NO RECONOCIDA POR EL PAPA
«Iremos compartiendo con vosotros nuestra experiencia, nuestro deseo de ser fieles a la verdad de Cristo, a la fidelidad a la fe, a la doctrina católica, no nos vamos de la Iglesia, os lo iremos explicando, así que tened paciencia que lo iremos explicando y la realidad que tenemos es poder demostraros lo que nosotras hemos ido descubriendo y de la verdad y del abrazo con Cristo», prosiguen.
Con estas 16 monjas está José Ceacero, un dirigente de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, congregación reconocida por Roma y que tiene como líder a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en 2019 por arzobispo de Burgos. Según el argumento del representante católico, De Rojas Sánchez-Franco incurrió en «delito de cisma».
Sor Isabel de la Trinidad, abadesa de la orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, y el resto de monjas renegaron en un documento del Papa Francisco y de sus predecesores, a quienes acusan de herejes. Así, prometieron fidelidad al excomulgado por sus vínculos con el obispo de Vietnam Ngo Dinh Thuc, cuyos lazos con el Palmar de Troya son fuertes.
LA OPERACIÓN INMOBILIARIA FALLIDA, EL DETONANTE
La renuncia a Papa se debe, según su versión, a una supuesta «persecución» por parte de la Iglesia, que ha bloqueado su intento de vender el convento de Derio (Vizcaya) y la posterior compra del convento de Orduña. No tuvieron permiso para hacerlo y trazaron un plan B, la compra por parte de un particular para que pagara el millón de euros de la deuda pendiente del Monasterio de Orduña. Una vez realizada, se traspasaría el convento a las Clarisas. La opacidad de la operación, al no revelarse la identidad del supuesto inversor, fue uno de los detonantes de la prohibición de realizarla.
El alcalde de la localidad burgalesa de Belorado, Álvaro Eguiluz, ha reconocido que hasta la noche del pasado domingo no tenía conocimiento de la situación del convento, hasta que se hizo público el comunicado de las monjas Clarisas, pero espera que «todo vuelva a su cauce«.
Eguiluz desconoce si el denominado como Obispo Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión, bajo cuya tutela se han puesto las monjas Clarisas de Belorado, se encuentra en el interior del Monasterio así como el «supuesto» párroco y portavoz de las religiosas, don José.
CUESTIÓN DE LA IGLESIA
Desde el Ayuntamiento están a la espera ya que se trata de «una cuestión de la iglesia», pero desean y esperan «que todo vuelva a su cauce», y que tanto los beliforanos, como los turistas o los peregrinos «puedan volver a disfrutar del monasterio».
Los vecinos de Belorado, que hoy estaban de celebración de la fiesta de San Isidro, «están expectantes y sorprendidos», nadie se podía imaginar esta situación, y además, están a la expectativa de ver cómo se resuelve esta situación, ha aseverado Eguiluz.
«El convento lo sentimos como propio, no porque sea de titularidad municipal, pero sí integrado dentro de la vida de la localidad», ha afirmado el alcalde de Belorado.
Las monjas mantenían relación con los vecinos de Belorado, se suministraban con productos de la comarca, como el pan, y estaban integradas en el municipio.
Álvaro Eguiluz espera que todo esto se calme y vuelva a su cauce, aunque también reconoce que hoy se conoce dónde está Belorado, y que los que aquí se acerquen, podrán conocer y disfrutar del patrimonio que tiene esta localidad.