Aunque Joan Jordán sigue trabajando por recuperar su nivel, las sonadas pitadas y críticas le hacen valorar una vía fuera del Sevilla
El partido en el Sánchez-Pizjuán donde el Sevilla se llevó el triunfo plácido ante el Granada también descubrió a un triste Joan Jordán. Porque el jugador se preparaba para saltar al terreno de juego del estadio hispalense semanas después de su última aparición ante el Celta de Vigo. En el minuto 89, la megafonía anunció el cambio.
Soumaré abandonaba el césped para dar entrada al centrocampista catalán. Entonces, las gradas sevillistas recibieron a su jugador con una sonora pitada. Con el catalán concurren cosas distintas. En apenas dos años, tras salir reforzado del conocido como ‘derbi del palo’, renovado hasta 2027 y convertido en poco menos que un héroe para el sevillismo, Joan Jordán ha caído en desgracia deportiva y reputacional.
Joan Jordán cae en desgracia en Sevilla
Y no es cosa de Sánchez Flores, sino de antes: lleva 713 minutos y el alargue de este domingo en toda la 23/24. No jugaba (un cuarto de hora) desde el 17 de marzo. Así, tras su salida, el feudo hispalense abucheó y pitó al jugador catalán cuando la megafonía nombró su sustitución por Soumaré. Su futuro en Nervión parece mucho más fuera que dentro.
Es ahí donde el jugador, tras ser nuevamente criticado los pitos de un sector de la grada (aunque también los hay que defienden al medio), baraja no seguir en la entidad del Sevilla. Y para eso, más allá de seguir trabajando para ganarse la confianza, no descarte en buscar refugio en el Espanyol, club al que perteneció desde la cantera.
Joan Jordán busca refugio en el Espanyol
Es ahí donde el futbolista estaría sopesando volver al club que le vio crecer en el mundo profesional, pero aún sabiendo que el Espanyol aún debe ascender. O lo que es lo mismo; en caso de que los pericos suban a Primera y pasen los playoff de Segunda división, valoraría una entrada en el conjunto catalán.
Por la parte del Sevilla, en su caso, la salida del centrocampista se considera como interesante de cara a liberar ficha y rebajar el coste de la primera plantilla, debido a las limitaciones económicas del Club. El jugador que, evidentemente, no está dispuesto a perdonar nada al club nervionense, no se le ve otro camino que intentar que el efecto psicológico de Quique Sánchez Flores haga efecto y se vuelva a recuperar a un futbolista no es el mismo que tanto gustaba en Nervión.