El reconocimiento de AstraZeneca sobre los efectos adversos poco comunes de su vacuna contra la COVID-19, como la trombosis, ha generado una intranquilidad entre las víctimas españolas. Según documentos oficiales adelantados por The Telegraph, la farmacéutica ha admitido la posibilidad de tales efectos, lo que ha desencadenado una demanda colectiva que podría resultar en indemnizaciones millonarias.
Sin embargo, los casos de trombosis relacionados con la vacuna de AstraZeneca no son nuevos; desde 2021, han surgido informes sobre complicaciones graves después de la vacunación. Austria, Dinamarca, Noruega, Rumania, Bulgaria e Islandia suspendieron temporalmente el uso de la vacuna debido a problemas de coagulación. En España, estos casos también han sido motivo de inquietud, particularmente entre aquellos que recibieron la primera dosis.
El hecho de que la vacuna de AstraZeneca sea más económica y fácil de transportar que algunas de sus contrapartes no mitigó las preocupaciones sobre su seguridad. Durante la pandemia, AstraZeneca experimentó un notable aumento en sus ingresos, impulsado en gran medida por la venta de su vacuna contra la COVID-19 a precios más bajos en comparación con algunas de sus competidoras.
En 2021 los ingresos de la farmacéutica por la vacuna ascendieron a 3.500 millones de euros. Esta estrategia de precios más accesibles permitió a la empresa llegar a un amplio espectro de países y contribuir al esfuerzo global de vacunación contra la COVID-19.
Por otro lado, hay que recordar que la administración de la vacuna de AstraZeneca en España se centró inicialmente en trabajadores esenciales, como profesores y cuerpos de seguridad del Estado, y posteriormente en personas de entre 60 y 69 años. Este colectivo ha sido el más afectado por los casos de trombos relacionados con esta vacuna. En respuesta a los efectos secundarios experimentados por algunos receptores, se ha formado la Asociación de Trabajadores Esenciales Afectados por la Vacuna AstraZeneca (Ateava) en España.
La asociación argumenta que muchos de sus miembros no tuvieron otra opción que vacunarse con AstraZeneca, ya que fue la vacuna administrada a los trabajadores esenciales. En España, la Audiencia Nacional ha recibido una reclamación de un ciudadano que sufrió graves efectos adversos después de recibir la vacuna de AstraZeneca, aunque la compensación solicitada fue rechazada.
Si bien aún es incipiente, el proceso refleja la preocupación por los posibles efectos secundarios en los receptores de esta vacuna en el país. Aunque en comparación con otros países como Alemania, donde se han presentado numerosas demandas de indemnización, el número de demandas en España es menor, el tema sigue siendo motivo de preocupación para las víctimas españolas de los efectos secundarios de la vacuna de AstraZeneca.
Vacuna de AstraZeneca: impacto en España con casi 5 millones de personas afectados
En España, donde Vaxzevria fue una de las primeras vacunas disponibles contra el COVID-19, la noticia ha generado inquietud entre los ciudadanos que recibieron esta vacuna. A pesar de que AstraZeneca ha destacado el papel que Vaxzevria ha desempeñado en la lucha contra la pandemia, con estimaciones que sugieren que se salvaron más de 6,5 millones de vidas y se administraron más de 3.000 millones de dosis en todo el mundo durante el primer año de uso, el reconocimiento de los posibles efectos secundarios ha sembrado dudas entre la población española.
La vacuna de AstraZeneca ha tenido un impacto significativo en España, donde casi 5 millones de personas han recibido esta vacuna en el marco de la campaña de vacunación contra la COVID-19. A pesar de que desde su introducción en el país, la vacuna ha sido objeto de un escrutinio minucioso debido a los informes de efectos secundarios adversos, especialmente relacionados con coágulos sanguíneos raros. A medida que aumentaba el número de personas vacunadas, también lo hizo la preocupación por la seguridad y la eficacia de la vacuna de AstraZeneca.
Desde el inicio de la campaña de vacunación hasta el día 31 de diciembre de 2022 se han administrado en España 111.293.866 dosis de vacunas frente a la COVID-19, que corresponden a un total de 41.310.204 personas que han recibido al menos una dosis. El 8,8% a Vaxzevria, Por lo tanto, aproximadamente 4.896.022 personas han recibido al menos una dosis de la vacuna Vaxzevria en España, según datos del Ministerio de Sanidad.
Es decir, hasta enero de 2022, España había administrado cerca de 89 millones de vacunas contra la COVID-19, con Pfizer y Moderna liderando el camino. La vacuna de AstraZeneca, una vez ampliamente utilizada, quedó rezagada en términos de números, ya que la UE había decidido en abril de 2021 no renovar los contratos con esta farmacéutica. En julio de 2021, el Ministerio de Sanidad anunció que las comunidades autónomas contaban con suficientes dosis de AstraZeneca para completar la pauta de vacunación de las personas de 60 a 69 años, grupo que había recibido la primera dosis de esta vacuna.
Este cambio en la estrategia de vacunación reflejó una transición hacia un enfoque más centrado en las vacunas de ARNm, con Pfizer y Moderna ocupando un lugar destacado. La confianza en estas vacunas se vio reforzada por su alta eficacia y la ausencia de preocupaciones significativas sobre efectos secundarios graves. Con el tiempo, la administración de vacunas en España siguió evolucionando, priorizando la protección de la población mediante la amplia distribución de vacunas seguras y eficaces, mientras se adaptaba a los cambios en el suministro y la demanda.
La voz de los afectados en España por la vacuna de AstraZeneca
AstraZeneca ha generado inquietud entre las víctimas españolas debido a los efectos secundarios reportados de su vacuna contra el COVID-19, Vaxzevria. La farmacéutica británico-sueca ha decidido dejar de comercializar esta vacuna en la Unión Europea por petición propia, argumentando la falta de demanda y el excedente de otras vacunas disponibles en el mercado. Esta retirada se produce apenas una semana después de que AstraZeneca admitiera por primera vez que su vacuna puede provocar trombosis en casos muy raros.
La Comisión Europea ha aceptado la solicitud de retirada de la vacuna, que estará efectiva a partir del 7 de mayo. Aunque AstraZeneca destaca el papel que Vaxzevria ha desempeñado en la lucha contra la pandemia, el reconocimiento de los posibles efectos secundarios ha desatado preocupación entre las víctimas y sus familias.
El laboratorio ha admitido que, en casos muy raros, su vacuna puede causar trombosis, aunque rechaza las afirmaciones de los denunciantes y señala que la causalidad en cada caso individual será materia de prueba pericial. Este reconocimiento se produce en medio de un proceso judicial en el Reino Unido, donde 51 casos de víctimas y familiares reclaman a AstraZeneca hasta 100 millones de libras por daños y perjuicios.
La preocupación se ve reflejada en la creación de asociaciones como Ateava, que reúne a trabajadores esenciales afectados por la vacunación con AstraZeneca. La Asociación de Trabajadores Esenciales Afectados por la Vacuna AstraZeneca (ATEAVA) emerge como una voz unificada en España, representando a las víctimas que experimentaron efectos secundarios graves tras recibir la vacuna de AstraZeneca.
Surgió en respuesta a la necesidad de apoyo y representación para aquellos que enfrentan desafíos de salud después de haber sido inoculados con esta vacuna. Desde su fundación, ATEAVA se ha convertido en un punto de encuentro para individuos que comparten experiencias similares y buscan abogar por sus derechos.
La creación de ATEAVA fue motivada por la falta de atención y respaldo adecuados por parte de las autoridades y los fabricantes de la vacuna. Muchos afectados se encontraron lidiando con síntomas graves y en algunos casos, con discapacidades permanentes, sin una red de apoyo clara. La asociación surge como un espacio donde estas personas pueden encontrar solidaridad, información y recursos para abordar sus preocupaciones y desafíos.
Es alentador ver que estos casos están siendo investigados y que se están llevando a cabo esfuerzos para comprender mejor la relación entre la vacunación y los efectos secundarios. Sin embargo, es crucial que esta investigación sea transparente y exhaustiva, y que se tomen medidas adecuadas para proteger la salud y los derechos de aquellos afectados.
Reconocer la contingencia laboral de aquellos que experimentan efectos secundarios graves después de recibir la vacuna es un paso importante para garantizar que reciban el apoyo y la atención que necesitan. Esto no solo tiene implicaciones económicas, sino también médicas y legales, y es fundamental para garantizar que aquellos afectados reciban el tratamiento adecuado y se tomen medidas para prevenir casos similares en el futuro.
Lo cierto, es que la retirada de Vaxzevria de AstraZeneca ha generado debate sobre la gestión de la crisis sanitaria y la responsabilidad de las autoridades regulatorias en la evaluación y supervisión de las vacunas. AstraZeneca ha asegurado que seguirá colaborando con las autoridades sanitarias y regulatorias para abordar las preocupaciones y garantizar la seguridad de las vacunas contra el COVID-19.