Los huevos son un alimento básico en la dieta de muchas personas; son una fuente rica en proteínas, vitaminas y minerales, y se pueden utilizar de diversas maneras en la cocina en un sin fin de ricas recetas; sin embargo, son perecederos y se deben manipular y almacenar adecuadamente para evitar que se echen a perder.
Los huevos pueden contener bacterias dañinas, como la Salmonella, que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos. La refrigeración adecuada de los huevos ayuda a prevenir el crecimiento de bacterias y mantenerlos seguros para comer.
6El factor temperatura: Un enemigo invisible
La temperatura ambiente, generalmente superior a los 4°C, representa un caldo de cultivo ideal para el crecimiento de microorganismos, entre ellos, la bacteria Salmonella Enteritidis es motivo de especial preocupación.
La bacteria está presente en las heces de aves de corral, puede contaminar la superficie de los huevos durante su puesta o manipulación, cuando los huevos se dejan a temperatura ambiente, la Salmonella encuentra un ambiente favorable para proliferar, multiplicándose rápidamente y penetrando en el interior del huevo a través de los poros de la cáscara.
