Los huevos son un alimento básico en la dieta de muchas personas; son una fuente rica en proteínas, vitaminas y minerales, y se pueden utilizar de diversas maneras en la cocina en un sin fin de ricas recetas; sin embargo, son perecederos y se deben manipular y almacenar adecuadamente para evitar que se echen a perder.
Los huevos pueden contener bacterias dañinas, como la Salmonella, que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos. La refrigeración adecuada de los huevos ayuda a prevenir el crecimiento de bacterias y mantenerlos seguros para comer.
5La cáscara del huevo: Una barrera frágil
A simple vista, la cáscara del huevo puede parecer una barrera impenetrable, protegiendo su interior de agentes externos.; sin embargo, esta percepción dista de la realidad, la cáscara, aunque resistente, es porosa, permitiendo el intercambio de gases entre el interior del huevo y el ambiente circundante.
Este intercambio gaseoso, si bien natural, se convierte en un problema cuando los huevos se exponen a temperaturas elevadas, el aumento de temperatura acelera la actividad molecular, intensificando el flujo de gases a través de la cáscara.