En el imaginario colectivo, la palmera se asocia con playas paradisíacas, climas tropicales y un ambiente cálido y soleado; sin embargo, la naturaleza siempre nos sorprende con sus excepciones, y en este caso, la historia de la primera palmera que viene a desafiar nuestras ideas preconcebidas.
Lejos de las cálidas playas tropicales que solemos asociar con las palmeras, este árbol pionero se erige como un testimonio de la adaptabilidad y la resistencia de la naturaleza, su historia, envuelta en misterio y asombro, nos invita a explorar los rincones más inesperados del reino vegetal.
6Un viaje en el tiempo a la era del Eoceno
Retrocedamos en el tiempo unos 53 millones de años, hasta la época del Eoceno, un período geológico conocido por su clima cálido y húmedo; en ese entonces, la Tierra experimentaba un evento conocido como el Máximo Térmico del Eoceno 2, un pico de calor global que transformó las regiones polares en lugares con temperaturas primaverales.
Fue en este contexto que las primeras palmeras, antepasadas de las especies que hoy conocemos, encontraron las condiciones ideales para prosperar, fósiles hallados en Spitsbergen, un archipiélago noruego cercano al Polo Norte, comprueban la presencia de estas plantas en latitudes árticas.
