La matriz de Glovo pone en duda la continuidad de la empresa

Delivery Hero, la empresa alemana dueña de Glovo, no se ve demasiado segura de la continuidad de la empresa de cara a la realidad de la ley rider y del reglamento europeo de trabajo en plataformas. Para la empresa todo apunta a que tener a sus trabajadores en nómina no es una opción, y al mismo tiempo es evidente que los 400 millones de euros que apartaron para enfrentar las sanciones no serán suficiente para lidiar con todas las que esperan para el resto del año. 

En esa situación, la empresa ha rebajado el valor de Glovo, que fija en poco más 500 millones de euros.  Lo cierto es que para la empresa multinacional es un momento complicado, incluso más allá de las sanciones por violar la ley rider o su versión europea, la empresa sufrió 2.305 millones de euros en perdidas a nivel. En esos datos es complicado asumir su funcionamiento incluso en el corto y mediano plazo, así que es fácil pensar que la empresa tiene algo de nervios de cara a cómo superar el momento de crisis, que al menos en Europa puede obligarlo a cambiar el modelo de contratación. 

Ante eso de momento no han anunciado medidas, y en España de momento no han hecho ningún cambio de estrategia. De hecho, la realidad de la empresa no ha hecho un esfuerzo por contratar a sus repartidores, ni ha dado indicaciones de evitar medidas que de momento incluso se recomiendan en la aplicación, como la subcontratación de la cuenta a otros repartidores. Es que al parecer ni Delivery Hero ni la propia Glovo pueden plantearse un futuro en el que sus repartidores están contratados directamente. 

Aunque esto puede ser motivo para que algunos enemigos del modelo celebren, no es una buena noticia para los trabajadores sin papeles que cuentan con el alquiler de cuentas y medidas similares para poder generar su sustento. Es cierto que otros rivales, como Uber Eats, no han tenido este tipo de reacciones, pero también es cierto que estos no dependen únicamente de este modelo para generar ingresos.

EL FUTURO DE LOS RIDERS DE GLOVO ES UN MISTERIO

De momento el mayor peligro precisamente es el trabajo de los repartidores. Ya varios de los famosos riders mostraron su preocupación de cara al futuro inmediato de su «empleo» cuando se aprobó. En esa situación, son varios los problemas que se crearán con el cierre de la empresa si se cumplen los peores escenarios de Delivery Hero y Glovo. Con esa situación los trabajadores pueden tener motivos reales para preocuparse. 

A eso se suma la complicada realidad denunciada por varios repartidores que por la cantidad de repartidores en ciudades como Madrid y Barcelona han terminado sufriendo grandes tiempos de espera entre pedidos. Dado que solo cobran con base en facturación al ser autónomos, una situación que no tienen que lidiar los trabajadores de empresas como Just Eat que sí tienen a sus repartidores contratados en plantilla. Al mismo tiempo, esta última empresa ha señalado a los competidores que no contratan a sus trabajadores por la competencia desleal que generan. 

En esa realidad los riders están esperando una solución. De momento, lo ideal sería que Glovo y las demás empresas locales de Delivery Hero por país, asumieron las contrataciones, incluso si eso termina obligando a un aumento en los precios puede ser necesario para sobrevivir.

GLOVO ASUME QUE SEGUIRÁN LAS SANCIONES TRAS LA PRIMERA APLICACIÓN

Esta reacción de la empresa matriz llega después que Glovo recibiera sanciones por una inspección de trabajo en Asturias. De hecho, aunque de momento se habían escapado del pago de los 200 millones de euros en multas que ya tenían previo a inicios de año argumentando una situación en crisis la presentación de resultados, relativamente optimista, de la empresa antes de la aprobación del reglamento europeo de trabajo en plataformas, cambiando la situación. Es que si el problema de la empresa para existir es cumplir la ley no parecen tener demasiados argumentos a favor. 

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Lo cierto es que la inspección en Asturias fue solo el primer ejemplo, y no se realizó en las ciudades más grandes del país, como Madrid y Barcelona, que pueden empeorar aún más la situación. Solo en la capital, en una plaza como la de la Latina, puede haber varios trabajadores que no solo no estén contratados, funcionando como «falsos autónomos».

En esa realidad se mueve de momento la empresa. Parece que de no tomar medidas es cuestión de tiempo antes de su pequeño apocalipsis, con los ojos del ministerio de Trabajo sobre la empresa es además evidente que este tipo de sanciones no desaparecerán.