Blackstone entra al negocio de la música con los catálogos de Shakira y Neil Young

El dato no es menor. La compañía norteamericana Blackstone ha puesto el ojo en ‘Hipgnosis Songs Fund’ la cadena de inversión musical fundada en 2018 Merck Mercuriadis y Nile Rodgers y que es dueña del catálogo de artistas como Shakira, Neil Young y los Red Hot Chili Peppers. Es un nuevo espacio de negocio, y uno más que valioso, dado que el monto completo de la compra sube hasta los 1500 millones de euros. En esa realidad la empresa demuestra su olfato para entender nuevas opciones de negocio.

Pero es importante entender lo que compró la empresa. En la práctica, los derechos sobre los catálogos de Hipgnosis son sobre las grabaciones originales, los «masters», no sobre las composiciones, es decir, los autores originales tienen derecho a seguir interpretando las composiciones o a volverlas a grabar. Es una distinción importante, y que además explica lo complejo que es en la práctica el negocio. 

Además, Hipgnosis no es un mal sitio para empezar con el negocio de la música. La empresa se ha dedicado, siempre, a comprar catálogos con éxito comprobado y vender el derecho a usar las grabaciones en televisión, cine y publicidad. La empresa no solo maneja el catálogo de Shakira, los Red Hot Chili Peppers o Neil Young, sino que además incluye casos como el de Ed Sheeran, Justin Bieber o Blondie. No es un catálogo nada despreciable, sobre todo cuando se revisa el uso de la música de estos artistas en publicidad.

Para los músicos vinculados a la empresa no representa un gran cambio, al menos de momento. El riesgo es que Blackstone, acostumbrada a vender algunos de sus activos por partes a otras empresas para generar ganancias, los venda sin demasiada delicadeza sobre quien recibe los derechos finales. Casos como el de Neil Young, un artista que siempre ha incluido el activismo en su música, pueden ser delicados si el derecho de sus canciones cae en manos de una empresa con la que no comparte posiciones, o si son vendidos a una organización política, aunque hasta ahora estas decisiones no se han llevado a cabo por el cuidado de Hipgnosis  en evitar mala prensa por parte de los artistas involucrados. 

BLACKSTONE SE ARRIESGA A ENFRENTAR UN MOMENTO TAYLOR SWIFT

Vale decir que este tipo de ventas no siempre vienen de mano de los artistas. Casos como el de Taylor Swift cuya discográfica original vendió los derechos primero al manager de Justin Bieber, Scooter Brown, y terminaron después en manos de Disney. Esto fue lo que la impulso a grabar los primeros 6 discos de su carrera de nuevo, pues aunque seguía siendo dueña de las composiciones, lo que le permitía interpretarlas en vivo, quería ser dueña de las grabaciones. Es explica por qué desde el lanzamiento de los ‘Taylor’s Version’ su música ha vuelto a salir más seguido en publicidad, cine y televisión. 

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Será interesante ver como reaccionan a la venta los artistas que forman parte del catálogo adquirido por Blackstone. La firma de inversión es una de las más grandes del mundo, pero es normal que se lleve el descriptor de «fondo buitre», lo que puede no sentar bien en artistas que de momento se sentían cómodos con Hipgnosis, cuya imagen y declaración de principios siempre la mantuvieron cercana a la industria musical, y que, por tanto, le han permitido negociar más fácil 

Es una decisión que ha afectado a varias de las empresas involucradas de forma permanente. No es especialmente complicado imaginar artistas como Shakira poniendo a la empresa en una situación similar, antes de Piqué y sus problemas con hacienda, la colombiana era una artista con una fuerte carga política, y es cierto que hay algo irónico en que en este momento temas como ‘Pies descalzos’ u ‘Octavo día’ ahora tengan un vínculo directo con Blackstone.

LA COMPRA DE CATÁLOGOS DE ARTISTAS SEGUIRÁ TRAS EL CASO DE SHAKIRA

Dado que este tipo de negocios permite a los artistas un fondo de jubilación adicional, y que muchos nombres icónicos del pop y del rock empiezan a llegar a la tercera edad es de esperar que se trate de una situación que se repita. También es cierto que usualmente se trata de artistas como Bruce Springsteen vendiendo los derechos de sus grabaciones a Sony Music o Bob Dylan a Universal Music. 

Son negocios millonarios, que para las discográficas o los fondos de inversión pueden seguir generando dividendos mucho después de la desaparición física de los artistas. Con figuras como Freddie Mercury de Queen o John Lennon de los Beatles generando cientos de millones al año después de su muerte, es de imaginar que aún hay interesados en este negocio.