Las bajas temperaturas de marzo y abril son una amenaza para los sembradíos de frutas en España. Los problemas con los viñedos son los más llamativos, pero las manzanas y las peras sembradas en el país pueden pasar por un mal momento y no estar disponibles en el volumen esperado durante el verano. Esto justo en un momento en el que los supermercados lidian con un aumento del escrutinio sobre los alimentos importados debido a las protestas de los últimos meses, no es una buena señal para nadie.
Es una mala señal. Al mismo tiempo, los agricultores se están viendo obligados a lidiar con la sequía, que apenas empieza a dar señales de amainar en algunas zonas, pero en toda España, y con las heladas. La combinación ha hecho, ya que ASAJA da por sentado, que sufrirán pérdidas en algunos cultivos y ha pedido a Agroseguro que empiece el proceso de peritación. Pero además se convierte en un problema para el consumidor, que depende de que estas situaciones se superen para tener acceso a ciertas frutas y hortalizas de cara al verano.
A esto se suma que el reciente repunte de la inflación puede además subir todavía más los precios. Lo cierto es que una disminución en la oferta de cultivos locales, con las preocupaciones actuales alrededor de las exigencias medioambientales, y la molestia con las importaciones desde países como Marruecos, puede generar o bien un precio mucho más alto de lo usual para algunos de estos cultivos o directamente una escasez importante de cara a la temporada estival.
En cualquier caso se han dado pasos que pueden servir como un pequeño alivió a la situación. La decisión de la Eurocámara de aliviar las medidas de control climático presentes en la Política Agraria Común (PAC) y de eximir a algunos de los agricultores más pequeños puede ser clave.
Según lo que informa la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), sin embargo, no parece que la situación se repita en todos los sembradíos ni con todos los tipos de frutas. Al mismo tiempo, en estas zonas, incluso tras el retorno de la lluvia, el efecto de las sequías de los últimos años puede también ser un problema, y el granizado reciente en algunas zonas de España también es una importante señal de alarma. Aun así, desde la propia COAG aseguran a Diario Qué! que por ahora no hay riesgos de escasez para el verano.
LA VENTA DE HORTALIZAS PONE EN ALERTA A ASAJA POR LOS SEMBRADÍOS DE VALENCIA
Pero más allá de que puedan esquivar el balazo de las heladas, sigue siendo evidente que los agricultores mantienen su preocupación por las importaciones de varios productos. De hecho, tras la lentitud de las ventas al inicio de la campaña de ventas de cebollas y patatas la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha defendido que la distribución debe dar prioridad al producto local, que además evitaría que se trabajara con hortalizas que pueden pasar varios días en barco antes de llegar al consumidor español.
Vicente Sebastià, responsable de la sectorial de hortalizas de AVA-Asaja, describe la campaña de cebolla hasta el momento en declaraciones recogidas por el portal ‘Agronews’ de la comunidad de Valencia como «un desastre, estamos peor que el año pasado, se están quedando muchas por vender». Sebastià indica además que «hasta mediados de mayo no está previsto que entre cebolla nueva en los comercios valencianos, hay más presencia de la grande de Nueva Zelanda y de la variedad grano de Perú, mientras los huertos valencianos están repletos de cosecha sin salida», sentencia.
UN VERANO CLAVE TRAS LAS PROTESTAS DE LOS AGRICULTORES
La realidad es que un buen verano es clave para la agricultura española, tanto a nivel económico como para su imagen local. Las protestas de principios del año, en la que se pedía que mejorará la situación de los agricultores y que se pusiera un mejor control sobre las importaciones que en muchos casos no cumplen con las exigencias de la Unión Europea y que los mercados a veces intentan camuflar como parte de la producción local.
Por tanto, de cara a la población es importante que la opinión pública aprecie lo necesario a los agricultores españoles. Hay productos, como el Aceite de Oliva, que de momento no pueden recuperarse del todo debido a los problemas de sequía de los últimos años, que siguen dejando marca en los sembradíos que requieren un par de años para recuperarse del todo.