La comercializadora catalana de energía Holaluz ha cerrado una semana en el foco después de que el lunes anunciara al BME Growth que tenía “todo preparado” para firmar esta misma semana varios préstamos por valor de 21 millones de euros.
La energética daba respuesta así a informaciones que ya avanzaban que la compañía estaba negociando varias líneas de financiación u otros mecanismos para disponer de liquidez para hacer frente a tensiones de tesorería.
Si bien la energética enmarcó esta operación de refinanciación en un contexto de total normalidad, el mercado se mantuvo a la expectativa y el valor en bolsa de Holaluz se ha anotado un descenso del 12,5% en una semana y un retroceso en rentabilidad desde enero del 19,8%, con una capitalización total de 56 millones de euros.
Holaluz acabó la sesión del viernes sin comunicar de forma oficial si ha logrado cerrar, como apuntó, todas las vías de financiación que estaba negociando con instituciones públicas e inversores privados.
Por un lado, figura un préstamo de 10 millones con el Instituto Catalán de Finanzas, el banco público de la Generalitat; tres millones más con Avançsa, holding industrial de la Generalitat; un préstamo convertible con varios ‘family offices’ catalanas de unos dos millones y un ‘equity line’ de hasta seis millones, de la que la empresa utilizará la cuantía que acabe siendo necesaria, según detalló la propia compañía.
Holaluz finalizó 2023 anunciando un expediente de regulación de empleo (ERE) para unos 200 trabajadores, el 27% de su plantilla, y atribuyó la medida a la desaceleración del mercado solar residencial y la necesidad de contar una estructura más ligera y adaptada al contexto.
La compañía mantiene el foco en el segmento del autoconsumo colectivo a pesar de que su negocio fotovoltaico sigue siendo deficitario. A cierre de 2023, gestionaba 325.000 contratos de electricidad y mantenimiento, frente a los 309.050 del ejercicio anterior.