De un tiempo a este parte el mundo occidental tomó como religión al cuerpo, pero las obligaciones diarias y la falta de tiempo muchas veces hacen que se recurra a alimentos que no son los ideales. Este es el caso de las barritas de proteína. Ellas han ganado una gran popularidad como snacks supuestamente saludables y prácticos que se pueden consumir a toda hora y en cualquier momento. Sin embargo, un reciente estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) arroja luz sobre los riesgos y beneficios reales de estos productos tan codiciados, desafiando las creencias populares y revelando una realidad que podría sorprender a más de uno.
2Un análisis exhaustivo de la OCU
En su afán por desentrañar la verdad detrás de las barritas de proteínas, la OCU analizó 20 productos disponibles en el mercado español. Los resultados fueron reveladores: solo seis de las veinte barritas analizadas obtuvieron una calificación aceptable en cuanto a su calidad nutricional y valor para la salud. El informe destaca que, por lo general, estas barritas contienen alrededor de 27 gramos de proteína por cada porción de 45 gramos. Si bien esto puede parecer una cantidad considerable, es importante tener en cuenta que la calidad y la procedencia de estas proteínas también son factores cruciales a considerar.
Uno de los principales hallazgos del estudio es el alto grado de procesamiento al que se someten estas barritas. La OCU destaca que estos productos están repletos de aditivos como emulgentes, humectantes, edulcorantes, hidrolizados, jarabes de glucosa y aromas artificiales. Todo ello contribuye a que estas barritas sean consideradas como alimentos ultraprocesados, lo que significa que su valor nutricional se ve comprometido.
Además, el estudio revela que, si bien más de la mitad de las barritas analizadas incluyen proteínas de origen lácteo (un aspecto positivo), también se encontraron proteínas vegetales, colágeno e incluso proteínas procedentes de insectos en algunas de ellas.