Luka Doncic consiguió sellar la victoria de los Dallas Mavericks para cambiar los paradigmas
Los Mavericks sabían que necesitaban hacer cambios, y así lo hicieron. No podían permitirse repetir la actuación del primer partido contra los Clippers, en el que fueron dominados por su rival y Luka Doncic se esforzó al máximo para conseguir esos cambios. Hubo una transformación notable en el equipo dirigido por Jason Kidd. Incluso el entrenador y su equipo técnico mostraron más inteligencia al rectificar. Juntos lograron una victoria de gran importancia en el Crypto Arena de Los Ángeles, que reduce la ventaja con la que los californianos accedieron a la eliminatoria.
Luka Doncic jugó 46 minutos para poder ser el motor de este triunfo. El jugador esloveno va más allá de sus números (32 puntos), aplicando el principio de que el equipo siempre es lo primero. Al hacer participar a sus compañeros, lograron romper las líneas de los Clippers y completar el trabajo. Este no era el momento para obsesionarse con las estadísticas; era el momento en el que nueve asistencias valen más que cualquier otra cosa. En el caso de Luka Doncic, todo se centró en involucrar al máximo número de jugadores posible y obtener la victoria como recompensa.
Luka Doncic se esforzó al máximo para cambiar el destino del equipo
Dos triples de Doncic en el primer cuarto proporcionaron la primera ventaja significativa para los Mavericks. Sin embargo, hubo otros jugadores que también se destacaron. Kawhi Leonard había estado desaparecido desde el comienzo y Kyrie Irving tampoco estaba en su mejor forma al principio. Afortunadamente, ambos mejoraron su rendimiento, lo cual fue crucial para el espectáculo, ya que durante los dos primeros parciales hubo poca emoción. El partido estaba resultando poco atractivo. Un mate de James Harden, probablemente debido a la novedad, logró levantar a la afición local de sus asientos. Parecía que cualquier cosa valía para entretener en este enfrentamiento.
Los Clippers recuperaron el instinto de Kawhi, que aunque parezca un auténtico robot, consiguió demostrar su valía, y con él, se acercaron peligrosamente en el marcador. Cambiaron las marcas para intentar contener a Doncic, quien después del descanso tardó en encontrar su ritmo. La defensa brillaba en el otro extremo de la cancha. Los Mavericks pasaron por una crisis de casi cuatro minutos en los que no pudieron anotar y el marcador cambió de manos. Era el momento decisivo. Pero ahí emergió la determinación, el compromiso y la furia competitiva de un Luka que solo salió a la cancha para ganar.
Doncic selló la victoria
Una falta técnica al final del tercer cuarto encendió la chispa en Doncic. Había recibido dos golpes en la misma jugada, y su airada protesta estaba justificada, pero el castigo fue para él. La estrategia de intentar sacarlo del partido con tácticas más allá del juego comenzó a surgir como una opción. ¿Por qué? Porque después de verse seis puntos abajo tras las canastas de Powell y Zubac, se motivó. Estaba decidido a sacar lo mejor de sí mismo, así como de sus compañeros.
En ese momento, llevó a P.J. a la línea de tres puntos con cinco puntos y lo hizo marcar el perímetro como su punto de ataque. Luego, encestó un triple impresionante. Los tiempos muertos de Lue reflejaban preocupación. Después, otro triple. Irving apareció con una claridad mental renovada para ser el complemento de la pareja que podría llevar a los Mavericks a lo más alto. Todavía quedaban dos asistencias para tiros de tres, una para Washington y otra para Kleber. Con seis puntos de ventaja y 1:26 restantes, era momento de que Luka detuviera el reloj con un tiro para sellar la victoria.