El tomate frito es un ingrediente fundamental en la cocina española, un aliado indispensable en multitud de recetas y un producto que muchos consumidores optan por comprar ya elaborado en los supermercados, ya sea por comodidad o por falta de tiempo. Sin embargo, un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto en tela de juicio la calidad de algunos de los tomates fritos envasados más populares, revelando que no siempre lo que nos venden como «casero» cumple con los estándares esperados. En este artículo te contaremos que datos alarmantes brindó el estudio de mercado de la OCU.
2El tomate frito de Mercadona: Una decepción insospechada
Quizás uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio de la OCU ha sido la posición que ocupa el famoso tomate frito de la marca Hacendado, vendido en Mercadona. A pesar de presumir de una receta «artesana», este producto ha quedado en la última posición de la lista, con una calificación insuficiente que lo aleja de las expectativas creadas.
Según el análisis de la OCU, el tomate frito de Mercadona presenta niveles elevados de grasas saturadas, azúcares y sal, además de un alto contenido calórico. Estos aspectos negativos contrastan drásticamente con la imagen de «producto casero» que la marca intenta proyectar, dejando en evidencia una brecha significativa entre lo que se promete y lo que realmente se ofrece.
Pero el problema no se limita solo a los valores nutricionales desfavorables. La OCU también ha puesto en tela de juicio la calidad de los ingredientes utilizados en la elaboración de este tomate frito, señalando la presencia de aditivos y conservantes que no deberían estar presentes en un producto que se vende como «artesanal».