Aún de sus problemas, el AMR24 de Fernando Alonso es un coche con crecimiento
El equipo Aston Martin de Fernando Alonso ha cambiado su filosofía. La ha cambiado para bien… y también para mal. Porque si el AMR23 era un coche de domingos, un coche carreras, el AMR24 es todo lo contrario. Es un monoplaza rápido, pero los sábados. De una vuelta. Sí, así es la nueva realidad del equipo de Fernando Alonso. Una que han llevado hasta tal extremo que es más que preocupante lo que sucedió en China.
Porque en Shanghai se comprobó que donde el coche del pasado año era un seguro en esta ocasión resulta ser una sangría. Hablamos de la degradación de neumáticos. Porque si en 2023 el coche de Fernando Alonso trataba muy bien gomas, en 2024 es, precisamente, todo lo contrario. Es, básicamente, lo mismo que hizo tanto mal a Ferrari durante gran parte del Mundial del curso pasado.
El Aston Martin de Fernando Alonso es rápido los sábados, pero sufre una alta degradación en carrera
En China, más de lo mismo. Aston Martin, en la comparativa con los otros nueve equipos restantes de la parrilla, es el peor. Es la escudería que más tiempo por vuelta perdía conforme avanzaba la carrera. Específicamente, el AMR24 demostró perder en promedio 0.215 segundos por vuelta, el único equipo en registrar una pérdida de tiempo superior a 0.2 segundos por vuelta.
En contraste, su competidor más directo, Sauber, mostró una pérdida de tiempo por vuelta de 0.195 segundos, mientras que equipos punteros como Ferrari y McLaren presentaron pérdidas de 0.135 y 0.157 segundos respectivamente, subrayando así la magnitud del reto que enfrenta Aston Martin para mejorar su rendimiento en carrera y superar la degradación de neumáticos.
El coche ha mejorado, y lo seguirá haciendo cada carrera
Los podios no son la guerra de la escudería británica a día de hoy. Pero en sus filas no paran de repetir que Red Bull no está tan lejos como antaño. El mensaje que se desliza entre líneas por parte de los de Fernando Alonso es que hay que dar tiempo al tiempo. En clasificación, las buenas nuevas son evidentes. En carrera, el ritmo aún puede y debe mejorar, pero ya va dejando destellos ilusionantes.
Si a esa progresión de menos a más se le unen las pillerías habituales de Alonso, con una estrategia contra la degradación de sus gomas bastante acertada y un hambre sinónimo incluso de vuelta rápida, en plena remontada final, puede haber motivos para soñar. Sobre todo, si el trabajo, como es la intención, prosigue.