No son pocos los negocios secundarios que existen alrededor de los riders de empresas como Glovo y Uber Eats. Desde la venta de las mochilas de reparto o las reparaciones y ventas y reparación de bicicletas y motos, hay cada vez más formas en la que usuarios, o personas que conozcan cómo funcionan estas empresas, puedan hacer dinero, incluso si no todas ellas son moralmente adecuadas.
Una de las más recientes, y sobre la que las empresas no han hecho un movimiento, son los hackers que por una módica cuota, entre 5 o 50 euros, desbloquean la cuenta, por los consultados por este medio, pero puede ser que haya alguno más alto. Son un negocio rentable, pues para muchos repartidores es complicado saber si el usuario al que le escribe es real o es un estafador que solo le interesa cobrar el monto y después bloquear al rider en redes sin ayudarle de ninguna forma.
Pero para un trabajador que no tiene papeles, que muchas veces debe esquivar la policía para ejercer su oficio, y que puede estar en situación desesperada. Al mismo tiempo, es evidente que se trata de una circunstancia complicada para la empresa, sobre todo por qué es complicado enfrentar un problema con usuarios que ya quisiste bloquear en la aplicación y que en un principio rompieron una norma como poner la cuenta en alquiler o han sido señalados por el robo de un pedido o retrasos en las entregas.
Al mismo tiempo, es una prueba de cómo la situación de los trabajadores de aplicaciones como Glovo y Uber Eats sigue generando negocios paralelos. La compraventa de mochilas, las reparaciones de bicicletas y motos o demás artículos usados para este tipo de trabajo. Es una situación que no debería ser demasiado sorprendente considerando la poca protección que tienen estos repartidores, no solo por alquilar la cuenta en contra de la normativa de estas empresas, sino por qué muchos de estos repartidores no están en situación regular en cuanto a papeles.
Aun así, es importante tanto para las aplicaciones como para las autoridades revisar este tipo de estrategias. La realidad, como se demuestra al acercarse a uno de estos hackers, es que la información que solicitan puede representar un riesgo, desde el correo electrónico afiliado a la cuenta hasta la zona donde operan, lo que puede ser aprovechado sin necesariamente ayudar al usuario en problemas. Al mismo tiempo, cuando dan su apoyo, pueden ayudar a recuperar su cuenta a usuarios que han sido castigados con buen motivo, lo que puede dejar a las empresas asumiendo la multa por una cuenta ilegal o bien a un repartidor que ha robado pedidos de vuelta en la calle.
UN RETO MÁS PARA GLOVO, UBER EATS Y DEMÁS APLICACIONES DE REPARTO
La realidad es que estas aplicaciones de reparto están enfrentando una serie de problemas, precisamente por la decisión de usar autónomos, y de permitir que las cuentas alquiladas sigan siendo una realidad. Lo cierto es que incluso después de la aprobación de la ley rider en España y el reglamento de trabajo en plataformas digitales por parte de la Unión Europea Glovo no solo no dio el paso de contratar a su flota de repartidores, como lo ha hecho Just Eat, sino que la empresa preparó 400 millones de euros para pagar sanciones como la aplicada recientemente en España.
Pero mientras siguen actuando de esta forma, las cuentas sobre las que no tienen poder alguno siguen generando nuevos problemas. Es que los trabajadores en situación irregular son siempre una oportunidad de negocio para quien tiene pocos escrúpulos, y sin el esfuerzo de Glovo o de Uber Eats de denunciar o señalar estas cuentas en redes como Instagram y Facebook donde se anuncian y se comunican con posibles clientes no parece viable que la situación cambie.
ALGUNOS DESAPARECEN ANTES DE TERMINAR EL TRABAJO
Por otro lado, el riesgo de que desaparezcan es real. Sin ir demasiado lejos, un número de teléfono compartido en el grupo de Facebook ‘Riders Madrid, que prometía este tipo de apoyo a quien se pusiera en contacto por WhatsApp, se muestra como no disponible, y no responde a mensaje de textos, esto después de que otro usuario le llamara estafador. Historias como esa son evidentes en los comentarios de cualquier usuario pidiendo ayuda en un desbloqueo de cuenta.
LA LEY RIDER SIGUE SIENDO IGNORADA
Pero de momento Glovo no da el paso que acabaría con este tipo de estrategias, cumplir con la Ley Rider. La realidad es que este tipo de situaciones demuestran la complicada realidad a la que se enfrentan y lo desprotegidos que están los repartidores actualmente. El que algunos deban tomar este tipo de riesgos al no tener otra solución es una prueba de lo complicada que es su situación, y la necesidad de evitar que Glovo y Uber Eats sigan actuando de la forma que lo hacen actualmente.