El entrenador italiano, una vez más, conquista Europa con su buen hacer desde el banquillo del Real Madrid
Tras 120 minutos interminables y una tanda de penaltis agónica, Carlo Ancelotti podía esbozar una sonrisa, otra vez. Han pasado a la historia el Madrid de Di Estéfano, el de la Quinta del Buitre, los Galácticos, el de los Ramos, Marcelo, Cristiano y Benzemá… Pero seguramente tengamos ante nosotros otro en el que la estrella está en el banquillo.
El Real Madrid de Carlo Ancelotti, como así se merece ya que lo llamemos, se ha plantado en las semifinales de la Champions League en un ejercicio de resiliencia sin precedentes. Al entrenador italiano, que habitualmente tachan de buen gestor, hay que empezar a reconocerle los méritos. Ha conseguido que los 25 jugadores de la plantilla se vayan a la guerra únicamente por él.
El Real Madrid de Ancelotti
Cuando en agosto se lesionaban Militao y Courtois, a los que más tarde se sumaría David Alaba, muchos pensaron que la temporada se había acabado. Sin embargo, el Real Madrid domina con mano de hierro la Liga EA Sports, donde aventaja en 8 puntos al FC Barcelona y ha alcanzado las semifinales de la Champions League.
Ancelotti ha logrado que Antonio Rüdiger se deje de bromas y se convierta en el mejor central del año en Europa. Ha conseguido también que Tchouameni se aliste como central aunque el propio jugador se había puesto de uñas por ese tema. Ha repescado al Nacho de las mejores noches para la causa. Y no queda ahí la cosa: porque ahora Lunin es uno de los mejores porteros y nadie se acuerda de Courtois.
Una cerveza y a dormir
El Real Madrid logró la clasificación tras adelantarse en el marcador a los 12 minutos y resistir hasta el 121. El Manchester City llegó a meter a los 10 jugadores de campo del conjunto blanco en el área propia, moviendo el balón a una velocidad de vértigo pero sin encontrar apenas resquicios en el muro madridista.
Pasaron por penaltis, con Lunin, Lucas, Nacho y Rüdiger como inesperados héroes. Tras el partido, Ancelotti se limitó a decir: «Me gusta mucho cuando un equipo lucha así. Es muy bonito y emocionante». Un Ancelotti que dijo que se tomaría una cerveza y a dormir a pierna suelta. No es para menos.