El comercio justo es un enfoque comercial y social que busca crear un equilibrio más justo en el comercio internacional, especialmente en relación con los productores y trabajadores en países en desarrollo. Este movimiento se centra en asegurar condiciones de trabajo dignas, salarios justos y prácticas comerciales éticas para los productores y trabajadores que, tradicionalmente, han estado en desventaja en el mercado global.
Una característica clave del comercio justo es la garantía de un precio mínimo para los productores, que cubre los costos de producción sostenible, permitiéndoles vivir dignamente y reinvertir en sus comunidades. Además, se enfatiza en la transparencia y la trazabilidad en la cadena de suministro, asegurando que los consumidores estén informados sobre el origen y la producción de los productos que adquieren.
El comercio justo también promueve prácticas agrícolas y de producción sostenibles, que respetan el medio ambiente y reducen el impacto ecológico. Esto incluye el uso de métodos orgánicos, la conservación del agua y la reducción de la huella de carbono, lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático.
Este enfoque va más allá de la mera transacción comercial; busca empoderar a las comunidades productoras a través de la educación, el desarrollo de habilidades y la generación de oportunidades.
El comercio justo ha ganado reconocimiento y apoyo a nivel mundial, con un creciente número de consumidores que buscan productos con el sello de comercio justo. Este cambio hacia un consumo más consciente y responsable refleja una creciente preocupación por la equidad social, económica y ambiental en el comercio global.
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