En la era digital en la que vivimos, donde nuestros dispositivos móviles son una extensión de nosotros mismos, las estafas y los intentos de fraude han encontrado nuevas formas de colarse en nuestras vidas. Una de las más persistentes y generalizadas es el conocido como «Wangiri«, un elaborado engaño que ha puesto en alerta a organismos como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la Guardia Civil.
Este timo, que tuvo su origen en Japón en el año 2010, se ha propagado por todo el mundo, convirtiéndose en una verdadera plaga para los usuarios de telefonía móvil. Con una engañosa simpleza, el Wangiri juega con nuestra curiosidad y deseo de devolver las llamadas perdidas, conduciéndonos a una trampa que puede resultar extremadamente costosa. En este artículo, exploraremos a fondo cómo funciona esta estafa, sus orígenes y, lo más importante, cómo protegernos de ella.
5Un problema global con raíces locales
Aunque el Wangiri es un fenómeno mundial, los estafadores suelen concentrar sus esfuerzos en regiones específicas durante períodos de tiempo determinados. En España, la OCU y la Guardia Civil han alertado sobre un reciente aumento de llamadas provenientes de países como Albania, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria, cuyos prefijos telefónicos internacionales (+355, +225, +233 y +234, respectivamente) deberían encender todas las alarmas. Sin embargo, esta situación puede cambiar rápidamente, ya que los perpetradores buscan constantemente nuevos territorios para expandir su actividad fraudulenta.