España es un país que tiene un montón de atracciones, y una de ellas se llama Canfranc. No se trata específicamente de este pueblo de la provincia de Bilbao, sino de la estación de tren que funcionó durante años, para luego quedar completamente abandonada a su suerte. De altas columnas, extensas vías y un encanto único, quedó clausurada en el año 1970.
Este municipio de Huesca está muy cercano a los Pirineos, un sitio agradable. La estación disponía de conexiones a media distancia e internacionales, pero quedaron suspendidas en el año 1970 cuando un tren de mercancías descarriló provocando el derrumbe del puente de L’Estanguet. Esto provocó la interrupción de la conexión con Francia, lugar por donde pasaba. Sin embargo, en el 2005 se puso en marcha un proyecto de rehabilitación del cual hubo noticias muy buenas.
Un giro inesperado en la estación de Canfranc
Las hojas secas, basura y artefactos abandonados empezaron a ser removidos en el año 2005, cuando la idea primaria del Ayuntamiento era restaurarla. Sin embargo, pese a haber cumplido con las expectativas pertinentes y hacer viajes de prueba, todo se tiró para atrás. Es que hace poco más de un año, la abandonada estación pasó a ser un lujoso hotel para huéspedes.
En plena pandemia del Coronavirus fue adquirido por la empresa Barceló Hotel Group, quien vio una enorme oportunidad y vaya que la aprovechó. Los aficionados a los ferrocarriles pegaron el grito en el cielo al enterarse de esto, ya que consideraban a la estación abandonada de Canfranc como un pedazo de historia viva; aunque les dejaron un premio consuelo que genera controversia.
La estación de Canfranc todavía se puede visitar
Los dueños del ahora hotel se apiadaron de las personas que lamentaban el cierre definitivo de la estación de Canfranc, por lo que dejaron parte de ella en pie. Una parte de las vías y viejas boleterías del ferrocarril todavía existen. Sin embargo, para acceder a ellas se debe sacar una entrada o bien ser huésped de este magnífico recinto, que pese a todo conserva su encanto.
Debido a su situación fronteriza, la propiedad de la extinta estación de Canfranc estaba repartida entre los países Francia y España. De todas formas, en la actualidad la misma es propiedad del Gobierno de Aragón, que ha colaborado en el proceso de regeneración del hotel con Barceló Hotel Group. Cuando aún era una ruina, el sitio era un sitio ideal para los fotógrafos profesionales y aficionados, que ahora pueden darle otro giro.