La prensa desde hace tiempo que se empecina con encontrar al nuevo Messi, y Bojan Krkic fue uno de los apuntados. Hijo de padre futbolista con el mismo nombre, quiso seguir su legado desde el día uno, ya que este jugó no solo en el equipo más grande de la extinta Yugoslavia (en Estrella Roja), sino que fue referente del seleccionado. Pero como toda la familia se mudó a España por trabajo, nuestro protagonista tuvo esa nacionalidad.
Mientras todo el mundo hablaba del astro argentino y ahora máximo goleador de la historia del Culé, este joven delantero rompía redes en las divisiones menores: Durante 2006 hizo 23 tantos en solo 26 partidos, y su contextura física semejante a la de Leo hizo que las comparaciones sean inevitables. Tal es así, que en abril del 2007 le tocó debutar en primera.
Los primeros pasos de Bojan Krkic en el mundo del fútbol
El 21 de octubre del año que debutó se convirtió en el jugador más joven de la historia del club en marcar un gol, teniendo solo 17 años y 51 días. Pero esa cuota goleadora no fue un espejismo, ya que al terminar la liga española dejó otras 10 dianas en el marcador electrónico, siendo uno de los goleadores del FC Barcelona y sorprendiendo tanto a los hinchas como al periodismo.
Las cosas seguían muy bien para Bojan Krkic, pese a tener por delante a estrellas como el propio Messi, Ronaldinho, Samuel Eto’o, Thiery Henry y otros más. Tuvo su bautismo de gol en la Champions League en 2008, siendo el segundo más joven en la historia en lograrlo. Pero poco a poco comenzó a sentir la presión y su ciclo en el cuadro de Cataluña fue llegando a su fin.
Despedida del Barcelona para Bojan Krkic y un camino muy duro
Evidentemente relegado por Pep Guardiola, el delantero decidió emigrar en busca de más minutos. La AS Roma de Luis Enrique (luego recaería en el Culé) lo fichó por 12 millones de euros y sus esperanzas se renovaron. Sin embargo no conformó jamás al DT y lo cedieron al poderoso AC Milan, sin tanta suerte tampoco. Por este motivo abandonó al país y comenzó un periplo terrible.
Ajax de Países Bajos, Stoke City y el ignoto Mainz de la Bundesliga lo vieron pasar sin pena ni gloria, aunque se mantenía en las mejores ligas del planeta. Pero en 2020 esto termina con su pase al Montreal Impact de Canadá, para luego recalar en el Vissel Kobe japonés de Andrés Iniesta. En marzo del 2023 le puso fin a su carrera, con un retiro casi silencioso pero en busca de revancha: Adquirió junto al mencionado volante el 85% del FC Helsingør, equipo de la primera de Dinamarca.