En las carreteras españolas, una señal peculiar llama la atención una señal amarilla con un borde blanco, apodada cariñosamente como el “huevo frito” recibe este apodo debido a su forma, un rombo blanco con un rombo amarillo en el centro. La similitud con un huevo frito es evidente, de ahí el nombre.
La razón por la que se le llama “huevo frito” es simplemente por su similitud con este plato tan popular en España, la forma y los colores de la señal son muy similares a los de un huevo frito, con la yema amarilla en el centro y la clara blanca alrededor, esto hace que muchos conductores la reconozcan por el apodo.
1Una señal de tránsito con mucha historia
La señal del “huevo frito” no es un invento reciente, su origen se remonta a la Convención de Viena sobre Señalización Vial de 1968, donde se estableció como una señal universal para indicar la prioridad de paso; sin embargo, en España, su uso se reguló por primera vez en el Reglamento General de Circulación de 1974, donde se le asignó la denominación R-3.
El diseño de la señal, con su característico fondo amarillo y borde blanco, no solo responde a criterios de visibilidad y legibilidad, sino que también tiene un efecto psicológico en los conductores. El color amarillo se asocia con la precaución y el peligro, mientras que la forma triangular recuerda a la señal de “ceda el paso”. De este modo, la señal del “huevo frito” se convierte en un aviso claro y directo para que los conductores extremen la precaución y respeten la prioridad de paso en las intersecciones.