Un café con leche en Salamanca tiene un precio medio de 1,60 euros, una cifra aparentemente sencilla, pero que esconde una compleja realidad. Detrás de esta taza humeante se esconden numerosos factores sociales, empresariales y hasta geopolíticos que determinan su costo final. Desde la materia prima hasta los costes energéticos y de personal, cada elemento debe estar en perfecto equilibrio para que el preciado brebaje llegue a nuestros labios.
La fórmula económica del café con leche engloba los costes que un establecimiento debe asumir para ofrecerlo y el margen de ganancia deseado. Ingredientes como el café, la leche y el azúcar se entrelazan con gastos de energía, alquileres, impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social. Esta intrincada ecuación ha sido sacudida por la crisis global de suministros y la inflación, poniendo a prueba la rentabilidad de uno de los productos estrella de la hostelería.
7El efecto dominó: cuando el aluminio también cuenta
La crisis global no solo ha afectado a esta mítica bebida, sino también a los envases en los que se presenta. El encarecimiento del aluminio, material utilizado en cápsulas y bolsas para la conservación del café, ha tenido un impacto directo en los costos operativos de los establecimientos. Incluso la vajilla personalizada, una práctica común para reforzar la identidad de marca, se ha visto afectada por los problemas de suministro y el aumento de los precios de las materias primas.