Un café con leche en Salamanca tiene un precio medio de 1,60 euros, una cifra aparentemente sencilla, pero que esconde una compleja realidad. Detrás de esta taza humeante se esconden numerosos factores sociales, empresariales y hasta geopolíticos que determinan su costo final. Desde la materia prima hasta los costes energéticos y de personal, cada elemento debe estar en perfecto equilibrio para que el preciado brebaje llegue a nuestros labios.
La fórmula económica del café con leche engloba los costes que un establecimiento debe asumir para ofrecerlo y el margen de ganancia deseado. Ingredientes como el café, la leche y el azúcar se entrelazan con gastos de energía, alquileres, impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social. Esta intrincada ecuación ha sido sacudida por la crisis global de suministros y la inflación, poniendo a prueba la rentabilidad de uno de los productos estrella de la hostelería.
3El impacto de la crisis energética en cada sorbo
La crisis energética también ha dejado su huella en el precio de un café con leche. Las cafeterías y bares deben mantener sus máquinas de café encendidas durante todo el día, lo que implica un consumo constante de electricidad. Con la escalada de los precios de la energía, este gasto se ha convertido en un factor crucial a tener en cuenta en la ecuación del costo final del café.