Los Bukaneros afean la presencia de la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, en las gradas de Vallecas y lo consideran una provocación
La presencia de la portavoz de Vox en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, en el palco de Vallecas junto a Martín Presa podría considerarse como una auténtica provocación a un equipo y a una afición que siempre se ha caracterizado por estar involucrados en la lucha social. Sin embargo, en el fútbol no deberían tener cabida los insultos.
Ahora, desde el partido que dirige Santiago Abascal se ha pedido a LaLiga y a la RFEF que castigue a los Bukaneros, principal grupo de animación del Rayo Vallecano, por los insultos dirigidos a Monasterio y a Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.
Aumenta la presencia de miembros de Vox en el palco de Vallecas
Desde la llegada de Martín Presa a la presidencia del Rayo Vallecano es habitual que veamos a miembros de Vox en el palco del estadio. Esta situación no gusta a la mayoría de aficionados, representados por las peñas rayistas, que ya han enviado comunicados al club y realizado actos simbólicos en contra de su presencia.
La respuesta, al igual que la dada por Monasterio ante los insultos, siempre ha sido provocadora y nunca han tratado de apaciguar las aguas. Así, tras un simulacro de desinfección del estadio tras un encuentro en el que estuvieron presentes dirigentes, la respuesta del partido ultra fue un tweet riéndose de dichos aficionados. Esta conducta queda muy lejos de la que se espera de un partido político.
Único estadio clausurado por insultos
Es curioso que el estadio de Vallecas haya sido el único campo de fútbol profesional que se ha cerrado con motivo de los insultos hacia un jugador del equipo contrario. Hablamos del famoso ‘caso Zozulya’. Si bien es cierto que este tipo de actitudes no deberían tener cabida en el deporte, no podemos olvidar las burradas que se han gritado en otros campos si tener ningún tipo de consecuencias.
Así, los gritos racistas han formado parte del fútbol español durante años y nunca se ha cerrado un campo por ello. Tampoco se cerró el Benito Villamarín tras los cántico machistas que una parte de la afición verdiblanca dirigió en 2015 a la expareja de su entonces jugador, Ruben Castro.