A menudo, asociamos a los virus con enfermedades, pero su influencia en la biodiversidad genética va más allá de ese estigma. Los virus, en su papel de agentes infecciosos, interactúan constantemente con los genomas de diversas especies.
Estos microorganismos pueden transferir material genético entre diferentes organismos, actuando como vectores de evolución. Este intercambio genético puede contribuir a la diversidad genética de manera inesperada, facilitando la adaptación de las especies a nuevos entornos.
Un ejemplo fascinante es la transferencia horizontal de genes, donde los virus actúan como intermediarios para la transferencia de material genético entre organismos no relacionados. Este fenómeno puede conducir a la adquisición de características beneficiosas, influyendo directamente en la biodiversidad genética de poblaciones enteras. Además, la presión evolutiva ejercida por los virus ha llevado al desarrollo de mecanismos de defensa en los genomas de diversas especies.
Estos mecanismos de resistencia genética, desarrollados en respuesta a la constante amenaza viral, son esenciales para la supervivencia de muchas formas de vida. Aunque los virus a menudo se asocian con enfermedades, su papel en la modulación de la biodiversidad genética es esencial. Comprender esta compleja interacción entre los virus y los genomas de las especies nos ofrece una visión más completa de la evolución y la diversidad genética en nuestro fascinante mundo biológico.
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