El culé y el argentino volvieron a medirse en un partido donde el catalán se llevó el duelo en todos sus frentes
El FC Barcelona de baloncesto, con Ricky Rubio como gran estrella, venció en El Clásico al Real Madrid de Campazzo. Seguro de sí mismo, agresivo, acertado por momentos y con la cabeza fría siempre. Capaz de golpear de inicio y de aguantar las embestidas del Real Madrid, que se intentó rebelar en la segunda mitad, pero era remar demasiado en ambiente hostil.
Ahí se vio a un buen Ricky Rubio que se enfrentó a jugadores como Rudy Fernández, que días antes había anunciado su retirada, o al argentino Facu Campazzo, al que se midió de cerca durante todo el encuentro. Un cara a cara en el que el catalán hizo gala de sus grandes dotes para demostrar que este es el Rubio que quiere ser. A esto se ha enfrentado el madridista, con quien tuvo su gran rivalidad.
Campazzo se enfrenta de nuevo a un buen Ricky Rubio en El Clásico
Y es que El Barça contó con la mejor versión desde su regreso de Ricky Rubio, tuvo acierto de inicio y también calma en el segundo tiempo cuando llegó la reacción del Real Madrid. A los de Chus Mateo les pudo la precipitación, con Edy Tavares y Vincent Poirier eliminados, cediendo la cabeza de la Liga en favor de Unicaja. Los madridistas demostraron de nuevo ese tramo de barbecho, sin sembrar a la espera del momento decisivo de la temporada, aunque con el peligro de despistarse demasiado.
Y ahí apareció Ricky Rubio, logrando por dejar fuera de la ecuación por faltas, con mucha protesta por parte de los blancos, que habían de nuevo apretado el marcador con un 64-63 a siete minutos del final. En este sentido, fue donde Ricky Rubio y Facu Campazzo se volvieron a encontrar, luego de aquel lejano pero recordado duelo entre los Nuggets-Cavaliers en el que el culé se fracturó la rodilla.
El culé disputó un nuevo Barça-Real Madrid 13 años después
Así, el FC Barcelona de baloncesto cuenta desde marzo con Ricky, el cual ha vivido su primer El Clásico en 13 años (el anterior, el 9 de abril de 2011 en la Caja Mágica con Grimau de corto y Llull y el Chacho, que no actuó, como adversarios, y Lele Molin en el banquillo blanco). El base culé ha sido la gran novedad respecto a los cinco choques previos (4-1 para el Madrid).
«Nos da velocidad en la transición, queremos correr más porque contra Tavares o Poirier el cinco contra cinco es complicado», apuntaba Abrines. Del mismo modo, y si bien Ricky y Laprovittola manejaban el partido a su antojo y la defensa azulgrana tenía a Campazzo desactivado, fue Llull el que hiciera aparecer al Real Madrid en el Palau. Dos triples, uno de ellos de esos imposibles, y un tapón a Laprovittola sin mirar sirvieron de efecto contagio para sus compañeros blancos.