Rafa Nadal advierte que el tenis en arcilla pierde cada vez más importancia
Hace unos años, 1 de marzo de 2015, Rafa Nadal, poco después de vencer a su buen amigo Juan Mónaco en la final por 6-4 y 6-1, se presentó ante la prensa en el Buenos Aires Lawn Tennis Club y expresó una opinión contundente: «Si no se toman medidas, los torneos en tierra corren el riesgo de desaparecer. El calendario debería preservar las superficies históricas. Cuando tantos jugadores se lesionan, es por algo».
Han pasado casi diez años desde que esa opinión del jugador de tenis causara un gran revuelo, y parece que Rafa Nadal no estaba completamente equivocado en su predicción: el tenis en arcilla está perdiendo cada vez más relevancia. Esto representa un dilema para España y los países latinoamericanos, que son cuna de algunas de las mayores leyendas en esta superficie. Nadal, Guga Kuerten, Guillermo Vilas o Sergi Bruguera son solo algunos ejemplos de ello.
El mensaje de Rafa Nadal se cumple poco a poco
En la jornada del lunes comienza en Montecarlo el primer gran torneo de la gira europea que culminará en Roland Garros a principios de junio. Durante estos dos meses, la tierra batida es la protagonista indiscutible. El resto del año, excepto por Wimbledon y los torneos previos de hierba, la pista dura domina el calendario.
Después de Montecarlo, seguirán el ATP 500 de Barcelona y los Masters 1000 de Madrid y Roma antes de Roland Garros, el único de los cuatro grandes que se celebra en tierra batida. En el camino, habrá otros cuatro torneos ATP 250 (Múnich, Bucarest, Génova y Lyon), que conforman la categoría más baja del circuito profesional. Además, en febrero está la gira latinoamericana y en julio hay otros torneos en el Viejo Continente, aunque estos períodos coinciden con importantes eventos en pista dura como Rotterdam, Dubái, Acapulco y Washington.
El tenis camina hacia un deporte más homogéneo
A partir de 2025, la gira de Latinoamérica, que en algún momento aspiraba a tener un Masters 1000, perderá uno de sus torneos ATP 250, el de Córdoba. De los tres torneos que ascenderán de categoría de 250 a 500, dos (Dallas y Doha) se juegan en pista dura y compiten directamente en fechas con la Golden Swing latinoamericana. El tercero es Múnich.
Y eso precisamente es lo que refleja cómo el tenis va evolucionando hacia un deporte más homogéneo. La fuerza y la velocidad están tomando protagonismo sobre la táctica, y son pocos los jugadores que se destacan por su estilo único. «A mí me gusta un juego más estratégico, que todavía se puede ver un poco en la pista de tierra, pero claro, la temporada en tierra dura solo dos meses hasta Roland Garros. Después, hay torneos en tierra, pero esos dos meses son los más importantes», comentaba Toni Nadal, expresando su frustración por el enfoque excesivamente basado en la fuerza en el tenis actual.