El verano se puede afrontar de varias formas, y una más que agradable incluye al helado. Lo que antiguamente era un postre ahora dejó de serlo, ya que se puede consumir en cualquier momento del día, hora y lugar. Sin embargo, su ingesta puede generar cierta culpa a la hora de vernos saludables, ya que contiene bastante azúcar por porción, calorías y conservantes.
Pero la solución ya está presente desde hace tiempo: No solo un helado que sea saludable, sino que además puede ser casero con productos meramente saludables. Antes podías terminar de cenar y se te antojaba un helado, pero si te olvidabas de comprarlo durante el día debías salir corriendo a una heladería. Es por eso que ya le puedes decir adiós a ese mal trago y dejarlo listo en tu refrigerador.
Los beneficios de preparar helados caseros
Esto tiene al menos tres puntos importantes para destacar. Uno de ellos es tenerlo siempre a mano, evitando tener que estar en la calle gastando dinero en una costosa heladería para tenerlo. Por supuesto que la compra de los materiales que necesitas para prepararlos pueden resultar elevados, pero a largo plazo podrás observar que duran muchísimo más, pero que además aportan otras cosas.
Como mencionamos, tu billetera te agradecerá ahorrarte unos buenos euros si preparamos esto en casa, mientras que tu estómago estará muy contento si esto lo realizas con sabores exclusivamente saludables. Sí, lo que antes podría ser un tormento ahora con algunas frutas y hasta chocolates se pueden hacer helados deliciosos. Es hora de tomar un bolígrafo, un papel y tomar nota.
Cómo preparar helados caseros para refrescar tu verano
La estación más calurosa del año llegó para quedarse, y qué mejor para combatirla con un buen helado. Es por eso que a continuación te mostraremos algunas ideas muy sabrosas. El más popular es el clásico de chocolate, por lo que debemos tener 500 ml de crema de leche, 250 ml de leche descremada, 150 gramos de azúcar y 200 gramos de chocolate amargo light. Luego, en un recipiente hay que mezclar los dos contenidos de leche y el azúcar, mientras se calienta a fuego lento. El mismo hay que retirarlo antes de que hierva agregándole el chocolate derretido. Finalmente, se deja enfriar en la nevera y listo, ¡A comer!
Sin embargo, esta opción tiene algunos detractores, o a los que simplemente les gusta más la fruta. Es por eso que la frutilla aparece para salvarlos y para ello deben preparar: 500 ml de crema de leche, 250 de leche, 150 gramos de azúcar y 300 gramos de frutilla (se puede reemplazar con kiwi, arándanos o moras, según tu preferencia). Tras lavar y picar la frutilla, deberás separar algunos trocitos para la decoración final. Con los otros elementos debes repetir el procedimiento que con el helado de chocolate, aunque debes guardarlo en el refrigerador en un bol sellado, revolviendo cada cuatro horas.