¿Cuánto vale tu vida? La sanidad pública decide así si financia o no un tratamiento médico

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La salud no tiene precio, pero la sanidad pública, por desgracia, sí tiene un presupuesto limitado. Ante la avalancha de nuevos tratamientos y tecnologías médicas, las administraciones se enfrentan al difícil reto de priorizar y decidir cuáles financiar y cuáles no. En este contexto, una herramienta clave entra en juego: los AVAC, o años de vida ajustados a calidad. Esta métrica traduce los beneficios en salud de cualquier intervención sanitaria a un valor económico, estableciendo un umbral de coste-efectividad que ayuda a optimizar el gasto público en materia de salud.

Si bien son poco conocidos fuera del ámbito médico, los AVAC tienen una influencia profunda en la vida de los ciudadanos, desde la gestación hasta los cuidados paliativos. Detrás de cada decisión sobre qué pruebas, tratamientos o programas cubrir, se esconden complejos cálculos basados en esta unidad de medida. En este artículo te contaremos cuánto cuesta tu salud y hablaremos de las medidas que toma el Gobierno para priorizar algunos tratamientos sobre otros.

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El futuro de los AVAC en la sanidad pública

El futuro de los AVAC en la sanidad pública

A medida que la innovación médica avanza y surgen nuevos tratamientos y tecnologías, la importancia de los AVAC como herramienta de gestión sanitaria seguirá creciendo. Sin embargo, será necesario abordar los desafíos y debates que rodean su aplicación, como la transparencia, la flexibilidad ante excepciones y la necesidad de evitar distorsiones en los precios de los medicamentos. Encontrar el equilibrio adecuado entre la eficiencia económica y el acceso equitativo a la atención médica será clave para garantizar la sostenibilidad y la calidad de la sanidad pública en los años venideros.

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