¿Cuánto vale tu vida? La sanidad pública decide así si financia o no un tratamiento médico

-

La salud no tiene precio, pero la sanidad pública, por desgracia, sí tiene un presupuesto limitado. Ante la avalancha de nuevos tratamientos y tecnologías médicas, las administraciones se enfrentan al difícil reto de priorizar y decidir cuáles financiar y cuáles no. En este contexto, una herramienta clave entra en juego: los AVAC, o años de vida ajustados a calidad. Esta métrica traduce los beneficios en salud de cualquier intervención sanitaria a un valor económico, estableciendo un umbral de coste-efectividad que ayuda a optimizar el gasto público en materia de salud.

Si bien son poco conocidos fuera del ámbito médico, los AVAC tienen una influencia profunda en la vida de los ciudadanos, desde la gestación hasta los cuidados paliativos. Detrás de cada decisión sobre qué pruebas, tratamientos o programas cubrir, se esconden complejos cálculos basados en esta unidad de medida. En este artículo te contaremos cuánto cuesta tu salud y hablaremos de las medidas que toma el Gobierno para priorizar algunos tratamientos sobre otros.

7
La industria farmacéutica y el precio de los AVAC

La industria farmacéutica y el precio de los AVAC

Existe la preocupación de que, al revelar el umbral de los AVAC, la industria farmacéutica pueda tender a ajustar los precios de sus medicamentos al límite máximo que la sanidad pública está dispuesta a pagar. Esto podría encarecer la factura farmacéutica y privar al sistema de parte de los beneficios derivados de las innovaciones médicas. A pesar de su utilidad, los AVAC no son una herramienta perfecta ni infalible. La realidad de la sanidad pública es extremadamente compleja, y los cálculos deben adaptarse a numerosas variables y excepciones. Factores como la frecuencia de una enfermedad, la existencia de alternativas terapéuticas o la edad de los pacientes pueden influir en las decisiones finales.