La salud no tiene precio, pero la sanidad pública, por desgracia, sí tiene un presupuesto limitado. Ante la avalancha de nuevos tratamientos y tecnologías médicas, las administraciones se enfrentan al difícil reto de priorizar y decidir cuáles financiar y cuáles no. En este contexto, una herramienta clave entra en juego: los AVAC, o años de vida ajustados a calidad. Esta métrica traduce los beneficios en salud de cualquier intervención sanitaria a un valor económico, estableciendo un umbral de coste-efectividad que ayuda a optimizar el gasto público en materia de salud.
Si bien son poco conocidos fuera del ámbito médico, los AVAC tienen una influencia profunda en la vida de los ciudadanos, desde la gestación hasta los cuidados paliativos. Detrás de cada decisión sobre qué pruebas, tratamientos o programas cubrir, se esconden complejos cálculos basados en esta unidad de medida. En este artículo te contaremos cuánto cuesta tu salud y hablaremos de las medidas que toma el Gobierno para priorizar algunos tratamientos sobre otros.
5Sanidad pública: enfermedades raras y cuidados paliativos
En algunos casos, como los tratamientos contra el cáncer, las enfermedades raras o los cuidados paliativos, los AVAC pueden no ser la mejor herramienta de evaluación. Por ejemplo, en el Reino Unido, el umbral no se aplica a los cuidados paliativos debido a las circunstancias especiales de estos pacientes. Algunos expertos proponen elevar el rango a 50.000 euros por AVAC en estos casos. La flexibilidad es clave para no dejar a ciertos pacientes sin opciones terapéuticas.