¿Cuánto vale tu vida? La sanidad pública decide así si financia o no un tratamiento médico

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La salud no tiene precio, pero la sanidad pública, por desgracia, sí tiene un presupuesto limitado. Ante la avalancha de nuevos tratamientos y tecnologías médicas, las administraciones se enfrentan al difícil reto de priorizar y decidir cuáles financiar y cuáles no. En este contexto, una herramienta clave entra en juego: los AVAC, o años de vida ajustados a calidad. Esta métrica traduce los beneficios en salud de cualquier intervención sanitaria a un valor económico, estableciendo un umbral de coste-efectividad que ayuda a optimizar el gasto público en materia de salud.

Si bien son poco conocidos fuera del ámbito médico, los AVAC tienen una influencia profunda en la vida de los ciudadanos, desde la gestación hasta los cuidados paliativos. Detrás de cada decisión sobre qué pruebas, tratamientos o programas cubrir, se esconden complejos cálculos basados en esta unidad de medida. En este artículo te contaremos cuánto cuesta tu salud y hablaremos de las medidas que toma el Gobierno para priorizar algunos tratamientos sobre otros.

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Un umbral flexible pero controvertido

Un umbral flexible pero controvertido

Para que los AVAC sean realmente útiles, es necesario establecer un umbral de coste-efectividad que sirva como referencia para la sanidad pública. En España, tras diversos estudios, se recomienda emplear un rango de entre 20.000 y 25.000 euros por AVAC como límite. Las intervenciones que cuesten menos que este umbral deberían ser financiadas, mientras que las más costosas podrían ser rechazadas en favor de opciones más eficientes. Sin embargo, este umbral no es vinculante y admite excepciones en determinados casos.