Si hay algo que resalta en las novelas de Juego de Tronos, escritas por George R.R. Martin, es su notable desapego al tratar la muerte de figuras prominentes. De este modo, se logra plasmar una narrativa cruda donde la muerte se presenta como una amenaza latente que puede segar la vida de cualquier figura histórica, sin importar cuán querida sea por los seguidores. Los personajes de Martin exhiben una profunda complejidad psicológica marcada por conflictos internos y, especialmente, una evolución notable a lo largo de las obras.
2El regreso de Gandalf desempeñó un papel fundamental
El regreso de Gandalf desempeña un papel fundamental en la victoria final del bien en la Tierra Media, colaborando con los ejércitos élficos y humanos para derrotar a los orcos de Sauron, mientras Frodo y Sam avanzan hacia el Monte del Destino para destruir el Anillo Único de una vez por todas. Sin embargo, según George R.R. Martin, habría sido más impactante no resucitar a Gandalf y conservar el impacto que su muerte tuvo en el resto de los personajes de la historia.
En una entrevista para el podcast Bullseye, el autor de Juego de Tronos expresó claramente su opinión sobre las resurrecciones de personajes en las obras de fantasía. Para él, el regreso de la muerte debería ser una experiencia transformadora, capaz de cambiar por completo al personaje, hasta el punto de que ya no se parezca a sí mismo. Martin afirmó: «A pesar de mi admiración por Tolkien, siempre he sentido que Gandalf debería haber permanecido muerto. Sus últimas palabras son: ‘Corred, insensatos’, ¿cómo puedo aferrarme a eso? Luego regresa como Gandalf el Blanco y, en cualquier caso, está mejorado. Creo que la historia habría sido aún más poderosa si Tolkien lo hubiera dejado muerto».
Es probable que ambos escritores divergieran en este tema, dado que sus estilos difieren notablemente. Martin aboga por una narrativa más cruda y realista, donde la naturaleza salvaje del ser humano a menudo prevalece sobre lo espiritual, mientras que Tolkien presenta una historia más fantástica en la que lo intangible desempeña un papel crucial.
Los libros de Juego de Tronos ejemplifican cómo Martin resucita a Catelyn Stark, quien retorna a la vida con una personalidad mucho más sombría bajo el nombre de Lady Corazón de Piedra. En contraste, Gandalf regresa como un ser más sabio y poderoso, listo para luchar en el bando de los buenos. Aunque muchos podrían discrepar con la opinión de George R.R. Martin, la comparación ilustra dos enfoques diferentes de entender la fantasía que, lejos de entrar en conflicto, han funcionado de manera efectiva según sus respectivas visiones.