En España existen muchas cosas que llenan de orgullo a sus habitantes, y una de ellas es que tienen el faro más antiguo del mundo. Esta arquitectura pertenece a la antigua Roma y está situada en la ciudad de Coruña, Galicia. El mismo fue bautizado como la Torre de Hércules, y fue construido en el siglo I D.C Es decir que en prácticamente el nacimiento de Cristo, el faro está presente.
Como dato de color se puede decir que tiene 55 metros de altura y está específicamente situado en una colina, por lo que se puede observar en gran parte de la ciudad. De todas maneras, no es el faro más grande de España ya que ocupa el puesto tres. El podio lo completan el faro de Chipiona (62 metros de altura) y el faro de Maspalonas, que tiene 60 mts.
El faro más antiguo del mundo y su gran reconocimiento
En el año 2009, para agregarle más virtudes a nuestro amigo de 55 metros, la Torre de Hércules fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Si bien ya lo era, desde ese momento pasó a ser un atractivo turístico impresionante, en donde se lo suele incluir en las recorridas que se hacen por Galicia, tanto para los extranjeros como para españoles de otras provincias.
En esa expedición, un guía te puede contar varias curiosidades del lugar. Según la leyenda, el faro fue construido donde Hércules asesinó al gigante Gerión, rey mitológico de los Tartessos. Su cabeza habría sido enterrada para que luego el héroe ordenara construir la torre justo en ese sitio. Al mismo lo rodean las aguas del imponente océano Atlántico, por lo que hace siglos tiene la misión de alumbrar a los marinos.
El faro más antiguo del planeta con un diseño bastante particular
Esta imponente e histórica torre se divide en tres niveles, en donde todos ellos son cada vez más pequeños y estrechos a medida en que se sube. El mismo tiene una escalera caracol que te guía hacia la cima, pero durante la mayor parte de su vida estuvo prácticamente a oscuras: Fue electrificado recién en 1927, otorgando así una mayor seguridad para todo aquel que desee recorrerlo.
Por su parte, ha vivido todos los intentos de invasiones sin siquiera sufrir un daño considerable. Su estructura de roca sólida le han dado esa consistencia inquebrantable, en el cual entran un máximo de 32 personas al mismo tiempo. Debido al turismo, se lo suele refaccionar y cuidar con toda la importancia que merece.