Las adicciones como el alcoholismo no solo afectan a las personas que las sufren, sino a todos sus contactos habituales: amigos, parejas, compañeros de trabajo, hijos… Todos estos perfiles pueden ver cómo su vida se convierte en un escenario complejo debido a la dependencia de un ser querido.
Cuidar a la familia y al resto del entorno de los pacientes es una de las prioridades que se tienen en un Centro de adicciones cuando comienzan a trabajar con una persona afectada. Y no solo por el hecho de que una red social fuerte y proactiva ayuda en la recuperación, sino porque verdaderamente afrontar una situación así puede ser muy difícil para algunas personas.
Una fuente de conflictos
Tal y como explican especialistas como los del Centro Eines, donde atienden a dependientes y a sus entornos desde su centro en Sant Cugat del Vallès, una situación de alcoholismo en un ser querido es, sobre todo, una fuente de conflictos.
Este trastorno por consumo de sustancias hace que el enfermo lo pase mal física y mentalmente, lo que ya es bastante difícil de sobrellevar para quienes conviven diariamente con esta persona.
Pero no solo eso: la necesidad de consumir y el estado de conciencia alterada que presentan estas personas da lugar a situaciones desagradables como discusiones, contextos de violencia, robos y otros patrones de conducta muy negativos que pueden llevar a situaciones límite para los familiares.
Enfado, frustración, pérdida de confianza e incluso culpabilidad son sentimientos que pueden aflorar en estos casos y que las personas que rodean al enfermo deben aprender a gestionar tanto por sí mismos como por la persona a la que pretenden ayudar.
Cómo afrontar el alcoholismo en la familia
Aunque cada situación debe ser estudiada de manera personalizada y los centros especializados ofrecen orientación a las familias en todo momento, es posible establecer una serie de recomendaciones básicas para ayudar a afrontar el proceso de un enfermo de alcoholismo en casa:
- Comunicación: la comunicación con el resto de la red que apoya al dependiente es básica. Muchos conflictos basados en las mentiras y manipulación de estas personas se pueden evitar con una comunicación fluida por parte de familia, amigos y profesionales de los centros de adicciones.
- Buscar apoyo psicológico: la carga psicológica a la que los alcohólicos someten a su entorno hace que sea preciso un apoyo profesional para estos. Esto se suele tener muy presente en los centros, donde programan un seguimiento para el entorno más cercano a la persona que están tratando con charlas, formaciones e incluso apoyo psicológico y terapia para familias.
- Trabajar la empatía: puede resultar difícil a veces, pero no hay que olvidar que el alcohólico es una persona enferma que necesita ayuda. Esto no quiere decir que se sea permisivo, se consienta todo y todo se perdone: hay que trabajar la empatía junto con la asertividad y la firmeza en lo que se sabe que le hace mal, pero siempre desde un lugar de comprensión y acompañamiento.
- Compartir el proceso: por ser una enfermedad muy mal vista, muchos familiares deciden llevar ‘la carga’ solos, sin buscar ayuda y apoyos, aunque sea simplemente para desahogarse. En este sentido, las familias que mejor lo afrontan son las que comparten el proceso.
Estos son solo algunos consejos sobre cómo afrontar el alcoholismo en la familia de la mejor manera. No obstante, siempre es recomendable ponerse en manos de profesionales que asesoren y ofrezcan herramientas adaptadas a cada situación para la mejoría del adicto y el bienestar de quienes quieren cuidarlo.