La presencia de radares en las carreteras españolas ha dejado de ser un fenómeno estacional. Lo que en principio parecía una estrategia puntual de la Dirección General de Tráfico (DGT) para reforzar la vigilancia durante períodos vacacionales como Semana Santa, se ha convertido en una realidad omnipresente en el paisaje vial del país.
España ha experimentado un aumento vertiginoso en el número de sistemas de control de velocidad instalados, situándose a la vanguardia de Europa en cuanto a densidad de radares por kilómetro de carretera. Según el último informe del Observatorio de Radares, elaborado por la compañía Coyote, la cifra alcanza los 3,35 radares por cada 10.000 kilómetros, prácticamente al mismo nivel que Francia (3,74) y muy por encima de Portugal (0,92). Esta proliferación de dispositivos ha desatado un acalorado debate en torno a las verdaderas motivaciones que impulsan esta estrategia. En este artículo te contaremos cuál es el verdadero plan de la DGT y cómo busca ampliar la red de radares para evitar los accidentes de tráfico. ¡No te lo pierdas!
4La voz de los expertos: ¿Son efectivos los radares?
Más allá de las cifras, los expertos de la DGT se han pronunciado sobre la efectividad de los radares como herramienta para reducir la siniestralidad. Mientras algunos defienden su uso como un elemento disuasorio y preventivo, otros cuestionan su impacto real y abogan por medidas complementarias. Aquellos que respaldan los radares argumentan que su presencia obliga a los conductores a moderar su velocidad, reduciendo así el riesgo de accidentes graves. Sin embargo, los detractores señalan que su efecto es temporal y que, una vez superados, los conductores tienden a retomar velocidades excesivas.