Las marcas como Amstel y Mahou, entre otras, ayudan a los consumidores a tomar decisiones informadas. Es decir, dan un valor inmaterial que indica el origen de los productos, siendo un sello que transmite autenticidad, integridad, calidad y consistencia a los consumidores. No obstante, el empaquetado genérico, supone de facto la eliminación de la marca, dicho de otra manera, marca y empaquetado genérico son conceptos antagónicos.
En este caso, Andema se opone al empaquetado genérico, una medida que implica la eliminación de facto de la marca y que vulnera los derechos de propiedad industrial y la libre competencia y libertad de empresa protegidos por la legislación española; generando inseguridad jurídica y un peligroso antecedente para otros sectores económicos que podrían verse afectados.
Si bien, Andema, no se opone a las políticas de salud, sí está en contra de medidas que supongan la expropiación encubierta de las marcas, como puede suceder con Amstel y Mahou. Por supuesto, corresponde a la misión de Andema, como asociación en defensa de la marca, el poner de manifiesto el daño objetivo a las marcas y la vulneración de derechos marcarios que conlleva el empaquetado genérico.
LAS GRAVES CONSECUENCIAS QUÉ AFECTAN A LOS DERECHOS DE LAS MARCAS
«Andema solicita que se consideren alternativas menos restrictivas que garanticen un equilibrio entre los distintos intereses y derechos afectados», explica el director general de Andema, Gerard Guiu; y así lo recogen en el Estudio sobre Empaquetado Genérico elaborado por el Centro de Estudios de Andema, que presentaron en la CEOE.
En este contexto, el empaquetado genérico consiste en eliminar todos los signos gráficos/visuales del envase y sustituirlos por un color neutro y el nombre de la marca en tipografía estándar de tipo reducido. Se impide así a las enseñas desempeñar sus dos funciones básicas, como son la identificación del producto y su diferenciación de la competencia. El consumidor se enfrentará a grandes dificultades para reconocer el producto y a un mayor riesgo de confusión.
EL CONSUMIDOR ES EL PRINCIPAL PERJUDICADO DE ESTA PÉRDIDA DE INFORMACIÓN
El informe constata que las restricciones de las marcas penalizan el esfuerzo realizado por las empresas en su construcción en los valores empresariales que están detrás de la misma. Paradójicamente, se provoca un efecto contrario al perseguido al difuminarse en la mente del consumidor la información y reputación asociada con la enseña, el producto se convierte en un básico.
Este hecho produce un empobrecimiento a lo largo de la cadena de valor, que perjudica a todos sus eslabones, así como a otros sectores relacionados. El artículo 39 de la Ley de Marcas impone al titular la obligación de utilizar la marca para los productos o servicios para los que se haya registrado. Por lo que la no utilización de la marca como Amstel o Mahou podría llegar acarrear su caducidad que se regula en el artículo 54.1.a).
De esta manera, si en el plazo de cinco años contados desde la fecha de su registro, la marca no hubiera sido objeto por parte de su titular de un uso efectivo y real en España para los productos o servicios para los cuales fue registrada, podrá conllevar su caducidad.
MÁS FALSIFICACIÓN
La homogeneización de las marcas facilita la falsificación: los productos resultan más fáciles y baratos de copiar. Las falsificaciones son un grave problema social, que provoca destrucción de empleos -más de 53.500 puestos al año, solo en España-, pérdida de ventas y de inversión, causando un daño a la economía nacional de más de 6.700 millones de euros.
Por supuesto, la experiencia en los tres países pioneros en aplicar el empaquetado genérico en el sector del tabaco confirma un incremento del comercio ilegal -Australia, Francia y Reino Unido tienen tasas de consumo ilícito de entre el 20% y el 30%-, sin que haya podido demostrarse su eficacia en su objetivo de reducción de la prevalencia.
EL EMPAQUETADO GENÉRICO PRODUCE INSEGURIDAD JURÍDICA Y CREA UN PELIGROSO ANTECEDENTE EN OTROS SECTORES ECONÓMICOS
El empaquetado genérico baja la implicación del comprador que percibe todas las marcas por igual, banaliza el producto y limita la información sobre el mismo y su credibilidad. Paradójicamente, lo acerca a un producto de compra por impulso, es decir, lo convierte en una mercancía indiferenciada, en una ‘commodity’. A su vez, la compra por impulso sin distinción de marca que favorece el empaquetado genérico, promueve la competencia basada en incrementos de formato y en bajadas de precio.
Andema, pide la consideración de medidas menos restrictivas que garanticen un equilibrio entre los distintos intereses y derechos afectado. Y en este sentido, confían en la utilidad de su informe para el Gobierno de España, y más concretamente para los ministerios responsables de las áreas de Industria, Comercio, Sanidad Interior y Hacienda, directamente concernidos en la posible aplicación o no de empaquetados genéricos en las diferentes categorías de productos.