Nada menos que 11,5 años. Esta es la edad media del parque de turismos en la Comunidad de Madrid, vehículos que montan de serie tecnologías que se diseñaron hace más de una década. Y es que el parque automovilístico español sigue envejeciendo año tras año y esto supone un gran problema en términos de seguridad vial y cuidado del medio ambiente.
En otras palabras, son automóviles que equipan de serie sistemas tanto de seguridad activa y pasiva como anticontaminación que no terminan de responder a las nuevas necesidades y expectativas de la sociedad en materia de seguridad vial y reducción del impacto ambiental de los vehículos.
Con todo, y si bien este año han empeorado sus números, ciertamente los coches de la Comunidad de Madrid no son de los más entrados en años de toda España. De hecho, es una de las tres autonomías, junto a Cataluña y Comunidad Valenciana con un parque de coches más joven.
AÚN DEL EMPEORAMIENTO, LOS VEHÍCULOS DE MADRID SIGUEN SIENDO MUY JÓVENES
La media nacional está en 14,2 años, un 4% más que hace apenas un año. Hay territorios, además, con turismos mucho más envejecidos que la media como Ceuta (15,8 años), Melilla (15,4) o Castilla y León (13,8).
Por eso es tan importante garantizar su buen estado de salud. Se trata de turismos que responden peor que los más modernos ante cualquier incidencia que pueda ocurrir en la carretera.
Y son vehículos, además, directamente señalados por las nuevas restricciones a la movilidad de los turismos más contaminantes que cada vez más imponen los municipios madrileños.
EL PARQUE DE COCHES DE ESPAÑA, ENTRE LOS MÁS VIEJOS DE EUROPA
Lo peor es que la edad de nuestros coches crece de manera continuada desde hace más de 15 años, especialmente desde la crisis de 2008, cuando los automóviles que circulaban en España apenas sumaban 8,39 años de antigüedad media. Ahora, tenemos un parque que supera los 25 millones de turismos, es decir unos 1,8 coches por habitante (tres millones más que en 2008), pero cada vez más viejos.
Y esto, obviamente, tiene sus consecuencias en términos de seguridad. Porque, tal y como lo refiere la DGT, el riesgo de fallecer o sufrir una lesión con hospitalización es 1,6 veces superior en los turismos de 10 a 14 años, en comparación con los turismos de hasta 4 años.
Una proporción que va en incremento de manera exponencial a medida, que el automóvil aumenta su antigüedad. De hecho, en los turismos de 15 a 19 años el riesgo de fallecimiento es 2,2 veces superior.
Si nos fijamos en los datos europeos, vemos que el parque automovilístico de Rumanía es el más viejo de Europa, ya que el 86,65% de sus vehículos tiene más de diez años. Grecia ocupa la segunda posición con el 83,82% de su parque móvil con más de diez años de antigüedad y, finalmente, el podio lo cierra Polonia con un 80,55%.
En los principales mercados automovilísticos europeos, vemos que el porcentaje de vehículos con más de una década de antigüedad es del 58,98% en Italia, del 51,33% en Francia, del 43,33% en Alemania y del 41,58% en Reino Unido.
En el otro extremo de la lista, aparece Luxemburgo como el país con el menor porcentaje (25,13%) de vehículos con una antigüedad superior a los diez años, seguido por Bélgica con un 34,1% y Dinamarca con un 35,1%.
LA EXCEPCIÓN DE LAS RESTRICCIONES LA MARCAN LOS COCHES CLÁSICOS
Ahí, en todo caso, son los coches clásicos los que se convierten en una excepción en las zonas de bajas emisiones de las ciudades. A pesar de las crecientes restricciones en el acceso de vehículos a las áreas urbanas, estos automóviles históricos continúan disfrutando de ciertos privilegios.
Estos vehículos son considerados bienes culturales y parte de la historia automovilística del parque móvil de un país, lo que les otorga un estatus especial en la regulación de las zonas de bajas emisiones. Además, según un estudio de la FEVA, los coches históricos no constituyen un problema medioambiental, ya que son utilizados con una frecuencia muy baja: 61% tan solo lo hacen 20 días al año.
Además, y desde la AEMA-ITV, recuerdan que es fundamental llevar el coche siempre a punto, cumpliendo con los intervalos de mantenimiento y revisiones que recomiendan los fabricantes. Pero, también, que no debemos olvidar pasar por la ITV de confianza cuando llegue el momento de hacerlo. Esto para no solo cumplir con la legislación, sino tener la certeza de que tu coche está en las condiciones mínimas adecuadas para circular seguro y de forma medioambientalmente responsable.
LA PROBLEMÁTICA DE LAS EMISIONES CONTAMINANTES
Por otro lado, está la mayor contaminación. Comprar un coche eléctrico o híbrido no es la única manera de ayudar a combatir la huella de carbono. Una renovación del parque supone además una mejora en las emisiones de los vehículos, también en los diésel y gasolina, por el progreso aplicado en los sistemas de combustión.
En este sentido, los vehículos con etiqueta ECO (híbridos autorrecargables, mild hybrid y gas) y etiqueta Cero (eléctricos puros, híbridos enchufables e hidrógeno) de la DGT solo representan el 5,7% del parque de coches en España, frente al 29,4% de coches sin distintivo.
Los de etiqueta B, es decir, coches de gasolina matriculados entre 2001 y 2005 y diésel entre 2006 y 2015, suponen el 29,8%, con lo que entre ambos grupos suponen seis de cada diez vehículos en circulación.
A pesar de que las matriculaciones de automóviles diésel se han desplomado en los últimos años en favor de los coches electrificados y de gasolina, el parque sigue siendo en su mayoría de gasóleo, con un 60,3% del parque (unas 18,52 millones de unidades).
