Los vallados metálicos tienen muchas aplicaciones, más allá de colocar unas rejas en la pared exterior del chalet para que no acceda nadie. Eso lo podemos comprobar en Cerramientos Metálicos Enjo, en donde ponen a nuestra disposición una gran cantidad de tipos, tanto de malla como de aluminio, chapa perforada, etc.
Mejorar la seguridad
Una de las principales aplicaciones, que no la única, de los cerramientos metálicos es favorecer la seguridad de nuestras propiedades, como por ejemplo de las viviendas aisladas o las naves industriales. Con estos cerramientos estamos poniendo una barrera, cuyo fin es disuadir a los intrusos y a los vándalos. Por eso, el cerramiento se puede personalizar de acuerdo con el espacio y la zona, jugando con las alturas y los estilos.
Dentro de estos cerramientos hay unos específicos para las piscinas, que consiguen evitar accidentes tanto con niños pequeños como con mascotas. Son resistentes al agua y a la corrosión, y pueden ser fijos o desmontables para retirarlos al final de la temporada de baño y guardarlos hasta el año siguiente.
Crear divisiones interiores
En el interior de los hogares, de las oficinas o en las naves es necesario separar los espacios o crear ambientes. A ello pueden ayudar los cerramientos metálicos, ya que se instalan de manera modular. Esto significa que se adaptan muy bien a cada una de las necesidades y que se pueden reubicar. Así, los espacios se van redistribuyendo, moviendo el cerramiento como se hace en las oficinas con las mamparas.
Al ser de materiales del tipo del acero o el aluminio nos aseguran una enorme resistencia, así que durarán muchos años, incluso en aquellas zonas con más tráfico o riesgo de daños.
Para finalizar, estas divisiones con cerramientos metálicos ayudan a tener un mejor confort en donde se colocan. Favorecen el aislamiento acústico y también el térmico, generando ambientes agradables y mejorando la eficiencia energética de los edificios.
Ayudan a mejorar la estética
Aunque cuando nos hablan de cerramientos metálicos siempre pensamos en soluciones prácticas, lo cierto es que su funcionalidad va mucho más allá. Cada vez se usan más como elementos decorativos que realzan la estética de cualquier espacio.
El hecho de que podamos encontrar cerramientos de aluminio, hierro, cobre o latón, a lo que hay que unir una enorme variedad de texturas, colores y acabados, ayuda mucho a su uso estético. Así, podemos poner una valla normal o una metálica con diseños clásicos, modernos o minimalistas. Esta será funcional, pero a la vez dará un aspecto diferenciador a nuestra vivienda, puesto que una valla no tiene que ser fea.
Otro elemento que puede aportar mucho a la estética son las pérgolas o los cenadores. Se hacen con una estructura metálica y además de proporcionar sombra, se convierten en los elementos decorativos centrales del jardín.
También se están usando los cerramientos para crear revestimientos. Los vemos en las paredes, en donde se juega con los colores, los materiales y las texturas. De esa manera, además de proteger la fachada de los elementos, la estaremos decorando.