Cuando hablamos de cirugías estéticas, la rinoplastia es una de las más populares, puesto que sirve para arreglar imperfecciones o mejorar la armonía facial de una parte muy importante del rostro: la nariz. De ahí que sea uno de los procedimientos más demandados en España y el mundo.
¿Qué es la rinoplastia?
La rinoplastia es una cirugía estética por medio de la cual se busca modificar la forma y estructura de la nariz para mejorar su apariencia. Los pacientes acuden a ella para corregir distintas imperfecciones, entre ellas, una punta nasal bulbosa, un dorso nasal desviado o asimetrías faciales.
Pero no todo se queda en estética, sino que también aborda problemas funcionales, como la dificultad para respirar por desviaciones del tabique nasal.
¿Qué tipos de rinoplastia existen?
Existen varios tipos de rinoplastia, siendo los principales la tradicional y la ultrasónica.
- Rinoplastia tradicional: este procedimiento, que debe realizarse en una clínica de cirugía estética por un especialista en el área, consiste en hacer incisiones internas y externas en la nariz, lo que permite al cirujano acceder por completo al tejido nasal y las estructuras internas, haciendo más fácil la corrección de problemas. Es una rinoplastia usada en los casos que necesitan modificaciones importantes en la estructura nasal
- Rinoplastia ultrasónica: es una técnica reciente en la que se usa un instrumento ultrasónico que permite un corte más preciso y controlado con el fin de esculpir y remodelar los huesos nasales. Este procedimiento se usa sobre todo en casos en los que se requieren cambios menores. Debido al medio usado, disminuye el traumatismo de los tejidos circundantes y permite que el paciente tenga una recuperación más rápida.
Diferencias
Además de la diferencia fundamental que es el tipo de procedimiento que se sigue en cada caso, es decir, la forma de hacer la cirugía, existen otras diferencias entre ambas rinoplastias:
En la tradicional, los huesos nasales se pueden fracturar y reposicionar mediante técnicas de fractura controlada, como la osteotomía. En cambio, en la ultrasónica, los huesos de la nariz se cortan y remodelan utilizando un instrumento ultrasónico.
En cuanto al traumatismo, la rinoplastia tradicional implica un mayor traumatismo de los tejidos circundantes. Mientras que la ultrasónica es una técnica más conservadora que lo minimiza.
Por su parte, debido a que es posible que después de someterse a una rinoplastia tradicional o convencional se experimente más hinchazón y hematomas, la recuperación lleva más tiempo en comparación con la rinoplastia ultrasónica, en las que los pacientes experimentan menos molestias postoperatorias y pueden retomar sus actividades normales más rápido.
Técnicas quirúrgicas utilizadas en una cirugía de nariz
Existen dos tipos de técnicas y procedimiento: rinoplastia abierta y cerrada. La elección entre una u otra depende de la complejidad del caso, las características anatómicas del paciente, los cambios deseados, las preferencias del paciente y la evaluación y experiencia del cirujano plástico. En una consulta preoperatoria, el especialista evaluará el caso específico y te explicará cuál es la opción más adecuada.
- Rinoplastia abierta: el cirujano hace una incisión externa en la parte inferior del tabique nasal que separa las fosas nasales (columela). De esta forma, permite que se puedan visualizar completamente las estructuras nasales para que las modificaciones sean precisas.
Cuando se realiza la incisión, el especialista en cirugía estética levanta la piel para acceder a los huesos y cartílagos, lo que facilita la reconstrucción y corrección de la forma nasal. Este procedimiento es adecuado para casos complejos y reconstrucciones importantes.
- Rinoplastia cerrada: en este caso, las incisiones son internas, es decir, se trabaja a través de incisiones que se realizan dentro de las fosas nasales. Si bien las incisiones son menos visibles, la visibilidad es limitada y no se puede acceder directamente a las estructuras nasales. Por estas razones, la técnica se usa en situaciones menos complejas, que conllevan menos cambios. De ahí que el tiempo de recuperación sea más corto y el paciente experimente menos inflamación.