El pueblo medieval más bonito de España tiene 50 habitantes y le encanta a National Geographic

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¡Descubre el encanto medieval de Calatañazor, un pueblo con encanto! Este pintoresco municipio, ubicado en la provincia de Soria, ha capturado la atención de National Geographic, que lo ha incluido en su selecta lista de los pueblos medievales más hermosos de España. Con menos de 50 habitantes censados, Calatañazor emerge como un tesoro histórico enclavado en un entorno natural impresionante.

Al recorrer las calles empedradas de Calatañazor, uno se transporta al siglo X, cuando este enclave alcanzó renombre durante la reconquista española. La historia palpita en cada rincón, recordando la épica batalla en la que los sorianos derrotaron al caudillo Almanzor, marcando así el destino de esta tierra y su integración en Castilla. Rodeado por un imponente castillo en lo alto de un cerro, el trazado medieval de Calatañazor invita a perderse en su fascinante pasado.

La arquitectura única de Calatañazor es otro de sus atractivos principales. Sus casas, construidas con madera de sabina, barro y adobe, resplandecen con un encanto rústico que evoca tiempos pasados. Además, la presencia de la iglesia románica de Nuestra Señora del Castillo y la ermita de la Soledad añaden un toque de espiritualidad a este idílico paisaje medieval. Sumérgete en la magia de Calatañazor, donde la historia y la naturaleza se entrelazan para crear un destino inolvidable, digno del reconocimiento de National Geographic.

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Chimeneas pinariegas y otros detalles arquitectónicos

Chimeneas pinariegas y otros detalles arquitectónicos

Déjate cautivar por los encantos arquitectónicos de Calatañazor, donde las famosas chimeneas cónicas destacan como símbolos icónicos de la región. Estas altas estructuras de forma cónica, construidas con ramas de enebro y barro, son una característica distintiva de la arquitectura popular de Calatañazor, añadiendo un toque pintoresco a los tejados del pueblo.

Además de las chimeneas, los visitantes pueden maravillarse con otros detalles arquitectónicos típicos, como la picota del siglo XV en la Plaza Mayor, que antiguamente servía como instrumento de castigo para delincuentes, y la curiosa Piedra del Abanico, donde se puede observar la huella fósil de una hoja de palmera, un tesoro geológico que añade aún más intriga al patrimonio de Calatañazor. Estos elementos arquitectónicos únicos se combinan para crear un paisaje urbano evocador y lleno de historia que invita a los visitantes a sumergirse en el encanto de este pueblo medieval.