El tabaco calentado ha sido presentado por las grandes tabacaleras como una alternativa «potencialmente menos dañina» al cigarrillo tradicional. Sin embargo, las autoridades sanitarias no han tardado en poner el ojo sobre estos nuevos dispositivos y regular su comercialización. En apenas unas semanas, los estancos españoles se verán obligados a retirar de sus mostradores dos de las variedades más populares de tabaco calentado, debido a la entrada en vigor de una normativa que prohíbe la venta de estos productos con aromas caracterizantes. En este artículo te contaremos de qué tabacos se trata y además hablaremos de los motivos de su retiro.
4¿Una alternativa realmente «menos dañina»?
Aunque es cierto que el tabaco calentado reduce una parte de la toxicidad de la combustión de un cigarrillo convencional, no deja de contener nicotina y otras sustancias perjudiciales para la salud. Desde los organismos oficiales insisten en que, si bien puede ser «menos dañino», no es en absoluto «inocuo». El tabaco calentado se fuma a través de un dispositivo de calentamiento en el que se inserta una barrita que contiene tabaco. A través de un software, se calienta a una temperatura controlada para que no haya nunca combustión y se genera un aerosol que se inhala. Visiblemente, no hay ceniza ni humo, pero el consumidor sigue ingiriendo nicotina y otros componentes tóxicos.