La noticia de la posible OPA húngara sobre Talgo ha llegado en un momento curioso para la alta velocidad en España. Justo cuando los servicios de alta velocidad en el país se han vuelto el transporte de larga distancia más popular entre los españoles, la empresa que fabrica la mayoría de estos trenes, y que es clave en proyectos como el «Ave de la Meca» de Renfe, queda en la mira de una empresa como Magyar Vagon junto al fondo de inversión Corvinus (45%), dependiente del Ministerio de economía de Hungría.
La presión está en el lado del Gobierno que preside Pedro Sánchez para que evite que Talgo, que es una compañía estratégica, deje de ser española. Es un mal negocio para España y atendiendo a la defensa de los intereses del Estado, como por ejemplo muestra la intención del Ejecutivo de entrar en el accionariado de Telefónica, el Gobierno debería actuar en consecuencia para defender la españolidad de Talgo.
No es casual que, aunque los inversores defienden la opción de compra como una «oferta amistosa y atractiva para los accionistas» desde el Gobierno se esté buscando la forma de evitar la adquisición. Las declaraciones del ministro de transporte, Óscar Puente, y de Industria, Jordi Hereu, ya califican al fabricante como ‘Estrategico’ y desde la presidencia se han dado los pasos necesarios para revisar la operación a fondo antes de dar una aprobación.
Por supuesto que es una decisión que puede transformar de forma permanente la industria ferroviaria del país. En este momento Talgo es la principal fabricante de trenes de Renfe, tanto en sus proyectos locales como en los internacionales, y además Iryo sondeo la posibilidad de comprar algunos de sus trenes más modernos, los Avril, para su desembarco en Galicia. Es una empresa que además tiene conocimiento profundo del funcionamiento de las vías españolas y de su funcionamiento, lo que puede ser un factor clave a la hora de plantearse permitir o no la compra.
Es una posición delicada para el Gobierno. A esto se suma que los empresarios detrás de la OPA, Gyorgy Bacsa y András Tombor tienen conexiones directas con Viktor Orbán, una figura controvertida en la política europea, y una de las pocas que mantiene buenas relaciones con Vladímir Putin. De hecho, Tambor fue asesor del gabinete de seguridad durante el primer gobierno de Orban, lo que puede ser suficiente motivación para un «No» del gobierno frente a la OPA.
TALGO: EMPRESA ESTRATÉGICA DE UN SECTOR CLAVE PARA EL GOBIERNO ESPAÑOL
Pero la conexión con Orban, aunque puede ser una de las excusas, no es el principal motivo que esgrimen los que se oponen a la compra. La realidad es que dejar la empresa que alimenta de trenes a la empresa estatal de alta velocidad, y que empieza a ser clave también en el negocio de sus nuevos competidores, puede generar un daño irreversible al negocio en su mejor momento. Después de todo sí sigue subiendo el número de viajeros en territorio español lo normal es que se necesiten más trenes más temprano que tarde.
Por su lado, para Renfe, aunque su presidente, Raül Blanco, no lo quiera decir, puede ser un golpe demasiado complicado de encajar. El encargado de la empresa dijo recientemente en un desayuno informativo organizado por Executive Forum que la empresa terminaría dando perdidas en los resultados de 2023, según recoge el Diario ABC, debido a la permanente guerra de precios con los «recién llegados» a la alta velocidad en el país.
Es fácil imaginar que con la empresa fuera de manos españolas los precios de la compra de nuevos trenes puedan aumentar, y en un momento en que anuncian que la Línea de alta velocidad ferroviaria Haramain, es decir, el ‘Ave de la Meca’ puede tener más viajeros en Ramadán, y que entienden que deben pelear por cada pasajero, que tengán que tocar la puerta de Talgo para otro pedido grande en los próximos meses, tenga dueños españoles o hungaros.
EL GOBIERNO PROMETE REVISAR A FONDO LA SITUACIÓN DE TALGO
De momento el Gobierno ha prometido revisar de cerca la situación antes de tomar una decisión, pero al menos si está en sus manos tienen motivos suficientes para cortar el proceso. El famoso «Escudo antiopas» presente en el Real Decreto-ley 11/2020, pero más aún en la norma del Real Decreto 571/2023, que establece que en caso de que un tercio de la operación este en manos de un país extranjero, como lo es Hungría, uno que además está señalado por este tipo de operaciones y por sus relaciones con Rusia.
De momento, cuando se ha hablado del tema desde la presidencia, se ha querido quitar tensión a la situación. Para Pedro Sánchez la tarea es simplemente revisar la operación a fondo y tomar una decisión, pero su ministro de Transporte, Óscar Puente, ya había dejado claro que se haría «todo lo posible» por evitar la operación.
Los plazos corren y hay mucho en juego. Ya las empresas interesadas en Talgo han anunciado la OPA y se encuentran en el proceso de presentar el folleto informativo que debe revisar la CNMV, tienen hasta principios de abril para ello y entonces llegará el momento de la revisión. Lo cierto es que todo indica que se intentará evitar la operación, pero esto los saben los húngaros, así que intentarán que cada coma y cada cifra este donde debe estar.