En la era digital actual, donde la tecnología avanza a pasos agigantados, el uso de cámaras de grabación en vehículos ha ganado una creciente popularidad entre los conductores españoles. Estas pequeñas cámaras, comúnmente conocidas como «dash cams«, prometen brindar una perspectiva inigualable en caso de incidentes viales, capturando pruebas visuales cruciales. Sin embargo, a medida que su uso se generaliza, surgen interrogantes sobre la legalidad y las implicaciones de su instalación.
La Dirección General de Tráfico (DGT), consciente de esta tendencia, ha establecido una serie de pautas y regulaciones para garantizar que el uso de estas cámaras no infrinja los derechos de los demás ni comprometa la seguridad vial. En un esfuerzo por arrojar luz sobre este tema candente, en este artículo exploraremos los detalles de la normativa vigente, las consideraciones legales y las mejores prácticas para aquellos que deseen instalar una cámara de grabación en su vehículo.
6Más allá de los accidentes: otros usos permitidos
Si bien la principal motivación para instalar una cámara de grabación en un vehículo es capturar pruebas en caso de accidentes, estas cámaras también pueden ser útiles en otras situaciones. Por ejemplo, pueden ayudar a documentar comportamientos peligrosos en la carretera, como adelantamientos imprudentes o conducción temeraria, lo que puede servir como evidencia para las autoridades. Además, algunas personas las utilizan para grabar sus viajes y crear contenido de interés para plataformas de redes sociales.