Entre la noche de hoy y la madrugada del lunes, hora española, tendrá lugar la ceremonia de la 96ª edición de los Premios Oscar en el Teatro Dolby de Los Ángeles, sede desde 2002 de estos galardones. Unos premios que en muchas ocasiones consagran a películas y protagonistas haciendo que pasen a la historia y a la mística del cine. Por eso hoy vamos a recordar la película que está en la cumbre de esa mística y que arrasó en la edición de 1939 de estos preciados galardones, ‘Lo que el viento se llevó’.
El film es una adaptación de la novela romántica de Margaret Mitchell, una mujer de la clase alta de Atlanta, que durante el tiempo de recuperación de las lesiones de una caída de caballo escribió la obra. La trama de la misma trata de un mundo que ya no existe, el viejo Sur, un lugar de caballeros y damas marcado por la esclavitud y el negocio del algodón. Un mundo, que según la propia autora, vivieron sus padres y abuelos y que acabó con la Guerra de Secesión y la Reconstrucción.
Rápidamente el productor cinematográfico David O. Selznick compró los derechos de la novela por 50.000 dólares antes del gran éxito de la misma. Cuando la sociedad norteamericana se enteró que se iba a rodar una película sobre la obra el tema se convirtió en cuestión de estado, de especial forma en el Sur del país.
LA ELECCIÓN DE ESCARLATA O’HARA
Pero si algo se convirtió en cuestión de estado fue la elección de la protagonista del film, la encargada de hacer el papel de Escarlata O’Hara. Era el papel más deseado y la mayoría de las reinas de Hollywood quisieron optar al mismo. Para ello se presentaron más de 40 actrices de primerísima línea como: Betty Davies, Katharine Hepburn, Barbara Stanwyck o Joan Crawford entre otras.
Su elección duró más de 2 años, con multitud de pruebas y castings de por medio. Pero O. Selznick, que llevó la elección personalmente, no se decidía por cual sería la encargada de realizar uno de los papeles más importantes en la historia del séptimo arte.
Y la decisión llegó, de casualidad, pero al final el prestigioso productor encontró a la actriz ideal para realizar el papel. Vivien Leigh fue elegida y la elección no estuvo exenta de polémica. Para empezar Vivian Leigh no era estadounidense, era inglesa, y eso hirió en el orgullo patrio de determinado sector de la sociedad norteamericana, que llamó al boicot del film. Al ser inglesa se dudó de su capacidad para interpretar el papel con acento sureño y muchas de las aspirantes vieron su elección como insulto.
La inglesa por aquel entonces era mujer del también actor británico Laurence Olivier al que acompañó en su aventura americana. Ya en Estados Unidos la actriz británica contrató a Marion O. Selznick, hermano de David, como agente. La suerte estaba echada y un encuentro casual, provocado por su agente, mientras se rodaba parte de las escenas del incendio de Atlanta por parte de los soldados de la Unión hizo que David O. Selznick quedará prendado de la inglesa.
Por su parte, la elección del actor principal fue diferente. Todo el mundo sabía y quería que el papel fuera para Clark Gable, nadie hubiera entendido la obra sin el. Era el actor de moda y venía de actuar en otros títulos memorables como ‘Sucedió una noche’, actuación que la valió su primera estatuilla como mejor actor.
Pero la participación de Gable no era fácil y mucho menos barata. Para ello, O. Selznick pagó 1,5 millones de dólares a la Metro, que eran los estudios que tenían sus derechos. Además, el productor tuvo que ceder a los estudios los beneficios de explotación mundial y local por los 7 primeros años tras el estreno. Gable lo bordó y el resto es historia, ambos formaron una de las parejas míticas del cine. Para completar el elenco protagonista el papel de Ashley Wilkes lo interpretó el reputado Leslie Howard, británico al igual que Vivien Leigh, y para el de Melanie Hamilton fue escogida la prolifera Olivia de Havilland, que ya era una superestrella de la época.
Donde realmente hubo problemas fue con la dirección de la obra. O. Selznick pensó en George Cuckor para la misma, pero al poco de empezar los roces con Gable hicieron que el director abandonase. De todos era conocido la homosexualidad de Cuckor, y las malas lenguas decía que Gable estaba molesto porqué al principio de su carrera tuvo algunos escarceos sexuales con hombres, algo que supuestamente conocía Cuckor y molestaba a Gable. El caso es que el director dimitió y fue sustituido por Víctor Flemeing, que tuvo que ser sustituido varias semanas tras un accidente por Sam Wood.
ESTRENO DE LA PELÍCULA Y GALARDONES
El estreno fue un acontecimiento total y grandioso para los Estados Unidos. Tuvo lugar como era lógico en Atlanta, lugar donde trascurre gran parte de la acción de la película. El gobernador de Georgia dio tres días de fiesta y la ciudad fue decorada para tal evento, recordando en muchos puntos a Tara y a los 12 robles, Dixie (himno no oficial de la Confederación) sonaba por todos los lados de la ciudad y los protagonistas de la obra acudieron al estreno mientras cerca de 250.000 personas se agolpaban para verlos.
La obra trascendió, dejó de ser una simple película para convertirse en un mito y en la primera gran superproducción de cine. Su romanticismo, la épica de la época, la fuerza visual y sus magníficos diálogos ayudaron a esa trascendencia y a convertir en super estrellas a sus protagonistas. Logró 10 estatuillas en la gala de los Oscars de aquel año y se convirtió en la primera producción que arrasaba de verdad en estos premios. Y sobre todo algo histórico, Hattie McDaniel, la entrañable ‘Mammy’ lograba el Oscar a la mejor actriz de reparto. Siendo la primera afroamericana en lograrlo.
80 años después esta obra sobre un galán del Sur y la coqueta Escarlata sigue emocionando a diferentes generaciones de espectadores, una película mítica que sigue vigente y cabalga con buena salud por el tiempo.