El ingrediente que hace que la sopa de ajo o castellana quede mucho más sabrosa

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La sopa de ajo, un plato reconfortante y delicioso, es un clásico de la cocina mediterránea que ha sido apreciado durante siglos por su sencillez, su sabor robusto y su capacidad para reconfortar el cuerpo y el alma. Sin embargo, el ingrediente que marca la diferencia y hace que esta sopa sea aún más deliciosa es el aceite de oliva virgen extra, conocido como el «oro líquido» de la cocina mediterránea.

En el texto que te dejamos a continuación exploraremos los orígenes, la historia, una receta paso a paso, variaciones creativas, opciones de maridaje y acompañamientos para la sopa de ajo, destacando el papel crucial que desempeña el aceite de oliva en su perfección.

Antes de enseñarte la receta y cómo utilizar el aceite para la sopa de ajo, hay que recordar que este plato, también conocido como sopa castellana, tiene raíces humildes que se remontan a la cocina campesina de la región de Castilla, en España. Originalmente concebida como un plato simple y económico, la sopa de ajo estaba destinada a alimentar a los trabajadores del campo y a proporcionarles calor y energía durante los duros meses de invierno.

Sopa De Ajo

La receta básica de la sopa de ajo consiste en pan duro, ajo, aceite de oliva y agua, con la opción de añadir huevos y especias según la disponibilidad y los gustos personales. Esta sencillez de ingredientes se convirtió en una característica distintiva del plato, que se ha mantenido a lo largo de los siglos.

Vamos a ver cómo se prepara en la siguiente página.

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Instrucciones:

  1. En una olla grande, calienta el aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade el ajo picado y sofríe suavemente hasta que esté dorado y fragante, pero no quemado.
  2. Añade el pimentón dulce al aceite caliente y mezcla bien para que se combine con el ajo.
  3. Vierte el caldo de pollo o el agua en la olla y lleva a ebullición. Reduce el fuego y deja que la sopa hierva a fuego lento durante unos 10-15 minutos para permitir que los sabores se mezclen.
  4. Mientras tanto, fríe los cubos de pan en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra hasta que estén dorados y crujientes. Reserva.
  5. Rompe los huevos en un bol y bátelos ligeramente. Vierte los huevos batidos en la sopa caliente, revolviendo constantemente para crear hilos de huevo en la sopa.
  6. Sazona la sopa de ajo con sal y pimienta al gusto, ajustando según sea necesario.
  7. Para servir, coloca los cubos de pan dorado en el fondo de cada plato hondo y vierte la sopa caliente sobre ellos. Decora con perejil fresco picado y un chorrito adicional de aceite de oliva virgen extra.

¡Y todo listo! Una sopa de ajo reconfortante y deliciosa, en la mesa para ser disfrutada.