La sopa de ajo, un plato reconfortante y delicioso, es un clásico de la cocina mediterránea que ha sido apreciado durante siglos por su sencillez, su sabor robusto y su capacidad para reconfortar el cuerpo y el alma. Sin embargo, el ingrediente que marca la diferencia y hace que esta sopa sea aún más deliciosa es el aceite de oliva virgen extra, conocido como el «oro líquido» de la cocina mediterránea.
En el texto que te dejamos a continuación exploraremos los orígenes, la historia, una receta paso a paso, variaciones creativas, opciones de maridaje y acompañamientos para la sopa de ajo, destacando el papel crucial que desempeña el aceite de oliva en su perfección.
Antes de enseñarte la receta y cómo utilizar el aceite para la sopa de ajo, hay que recordar que este plato, también conocido como sopa castellana, tiene raíces humildes que se remontan a la cocina campesina de la región de Castilla, en España. Originalmente concebida como un plato simple y económico, la sopa de ajo estaba destinada a alimentar a los trabajadores del campo y a proporcionarles calor y energía durante los duros meses de invierno.
La receta básica de la sopa de ajo consiste en pan duro, ajo, aceite de oliva y agua, con la opción de añadir huevos y especias según la disponibilidad y los gustos personales. Esta sencillez de ingredientes se convirtió en una característica distintiva del plato, que se ha mantenido a lo largo de los siglos.
Vamos a ver cómo se prepara en la siguiente página.