Caminar mirando el móvil no solo es peligroso por los accidentes

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Caminar mirando el móvil cuando se está en la calle se ha convertido en una estampa cotidiana; sin embargo, este hábito, conocido en algunos países como “smombie” que es una contracción de la palabra smartphone y zombi, no solo entraña un alto riesgo de accidentes, sino que también puede tener un impacto negativo en la salud física, mental y social. 

Caminar mirando el móvil es más peligroso de lo que crees, incluso puede ser perjudicial para la salud, lo vemos en todas partes: incontables personas mirando al móvil mientras caminan en una plaza o un parque, incluso lo hacen mientras cruzan la calle; estudios realizados en ambientes de realidad virtual han demostrado que usar el teléfono móvil aumenta la distracción de los peatones y los pone en riesgo.

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Impacto en la salud mental y social por el uso excesivo del móvil

Caminar mirando el móvil no solo es peligroso por los accidentes

Caminar con el móvil también puede tener un impacto negativo en la salud mental y social; esta práctica puede generar ansiedad, estrés y dificultad para concentrarse, además, al estar constantemente conectados al mundo digital, nos distanciamos del mundo real y perdemos la oportunidad de interactuar con las personas que nos rodean.

Un estudio realizado por la Universidad de Essex encontró que las personas que usan el móvil de forma excesiva son más propensas a sufrir depresión, ansiedad, dependencia emocional, mental y física. La constante exposición a redes sociales y mensajes puede afectar el estado de ánimo y la autoestima, puede dificultar la concentración y la atención en otras actividades importantes.
Las emociones pueden verse afectadas por la interacción constante con el móvil, la regulación de las emociones puede volverse más complicada; la necesidad de revisar constantemente el teléfono puede llevar a decisiones impulsivas y falta de autocontrol también afectar la memoria, el aprendizaje y la capacidad de procesamiento mental, el estar expuesto a las redes sociales pueden influir en la percepción de uno mismo y en la interacción social; el exceso de comparación con otros puede afectar la autoestima.

  

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